El Claustro de San Agustín UNAL reabre sus puertas con dos nuevas exposiciones que conmemoran los parajes del campo

Escrito por on 08/03/2024

 

LA MONTAÑA CUENTA UNA HISTORIA
Dibujos del artista Luis Hernando Giraldo

CANCIÓN DE CUNA
Instalación de la artista Juliana Góngora
Curaduría de María Belén Sáez de Ibarra
Claustro de San Agustín UNAL
Desde el sábado 9 de marzo de 2024

Producidas por la Dirección de Patrimonio
Cultural UNAL
LA MONTAÑA CUENTA UNA HISTORIA
Artista: Luis Hernando Giraldo
56 dibujos en varias técnicas (2013-2024)
CANCIÓN DE CUNA
Artista: Juliana Góngora
Instalación escultórica con material orgánico
Curadora: María Belén Sáez de Ibarra
Inauguración: Sábado 9 de marzo, 11:00 a.m.
Claustro de San Agustín UNAL, Carrera 8 No. 7 – 21
Abierto de martes a domingo, 10:00 a.m. a 6:00 p.m.
Entrada libre

Con dos exposiciones que conmemoran los parajes del campo, el Claustro de San Agustín
reabre sus puertas desde el próximo fin de semana. La primera de ellas, La montaña cuenta
una historia, del maestro caldense Luis Hernando Giraldo, presenta 56 dibujos en pequeño
formato, en técnicas que van del carboncillo al pastel, pasando por la sangre de cordero, la
ceniza y el óleo. Un trabajo sobre la memoria y la naturaleza de su territorio sembrado de
vida y de violencia. La segunda, titulada Canción de cuna, presenta una instalación de
esculturas realizadas por la artista bogotana Juliana Góngora, quien retoma su trabajo con
elementos orgánicos como la leche, la tierra, las hojas de maíz, la sal o los nidos de aves,
para tejer una propuesta sobre el afecto, la dulzura, el conocimiento ancestral y el campo
como espacio de cuidado y hogar. Con la curaduría de María Belén Sáez de Ibarra y la
producción de la Dirección de Patrimonio Cultural UNAL, ambas exposiciones se inauguran

el próximo sábado 9 de marzo, a las 11:00 a.m. en el Claustro de San Agustín UNAL. Entrada
libre.

LA MONTAÑA CUENTA UNA HISTORIA

“Luis Hernando Giraldo de talante muy reservado, ha trabajado recogido en una voz interior que resuena
en los confines del tiempo; la imagen de su obra en la ultima década es silencio absoluto, prescinde de
todo, se ha despojado de todo, para ser solo intensidades puras, indecibles, como el despertar del
“iluminado” a la vida como un sueño.
En sus palabras ‘la pintura es como una memoria perdida, viene desde muy lejos, desde una memoria de
mineral y musgo, casi’; presentamos con mucho orgullo su primera gran muestra antológica después de
más cincuenta años de dedicación”.
Texto curatorial de María Belén Sáez de Ibarra

En ‘La montaña cuenta una historia’ la protagonista es la montaña de San Antonio, en Pácora,
Caldas, ubicada frente a la casa donde nació el maestro Luis Hernando Giraldo. Allí vivían sus
abuelos y allí pasó él las vacaciones en distintos periodos de su vida. A esa montaña que vio desde
recién nacido, la dibuja en toda su obra y le suma recuerdos, inquietudes y acontecimientos que no
necesariamente sucedieron allí. “Es como una imagen o un leitmotiv que me permite tener un lugar
donde poner las historias que pertenecen a mi vida, a la vida de la comarca o a la nacional. La
montaña es el telón que está recibiendo las historias para contarlas”, explica Giraldo
Su obra es un recorrido por su memoria y esta vez lo empieza desde su más temprana edad,
pintando su primer encuentro con la naturaleza, cuando descubrió a la montaña y sus alrededores,
desde el momento mismo de su nacimiento. Y desde la memoria remota, con trazos casi rupestres
como de la Cueva de Lascaux, el artista introduce las ‘aguidillas’, las vacas, los caballos, las
bandadas de pájaros, el arcoiris, la vida rural que luego también incluye el recuerdo cuando vio

cómo unos hombres golpeban a su padre, el cielo que sangra y el cordero, los gallinazos y las
cruces, que se repiten constantemente, porque así están sembrados los paisajes de nuestro país.
En esta nueva obra, Giraldo empieza con carboncillo, pasa a la sangre de cordero, luego al pastel y
finaliza en óleos. La montaña se repite perfilada en sus horizontes, a veces dos veces, a veces
muchas más. Un acto de repetición que también marca el tiempo: de la mañana a la noche, de la
noche a la mañana. “Lo hago como si fuera un poema, con la repetición de una frase… Aquí se está
diciendo, pero en lenguaje plástico, lo que la poesía dice con palabras. Si el artista no entiende lo
que hace como poesía es como si no estuviera haciendo arte”, subraya Luis Hernando.
Son 56 dibujos que por primera vez aborda en pequeño formato. A éste llegó después de ver unas
obras en pastel de Odilon Redon, en el Museo de los Surrealistas en Paris, en 2013. Entonces
decidió experimentar por primera vez con lápices de pastel. Y esta técnica se convirtió de pronto en
su favorita por su fácil portabilidad, por los tonos olivas, rojos, ocres y por los ensayos de color que
por lo general terminan haciendo parte de la creación final. “La montaña cuenta una historia” nos
sorprende entonces con nuevas búsquedas de un autor que no deja de pintar ningún día y que trata
siempre de darle a su obra un sentido universal con enganches a ciertos referentes como Giorgioni,
Piero della Francesca o Paolo Uccello, entre otros.
Esta exposición estará exhibida en la Sala 3 del Claustro de San Agustín.
Luis Hernando Giraldo (Pácora, Caldas, 1946)
“Para mí la pintura es como la escritura, tiene una pulsión de la que parte todo (…) Los artistas hemos
olvidado que tenemos que sensibilizar a la gente. Si hay algo que les causa una emoción, algo profundo, eso
se queda. Es como una contribución para que la gente se emocione con las cosas más sencillas. Sí, es sutil,
pero que haya una emoción y esté presente la belleza. No creo que como artista uno pueda desligarse de
eso”. Luis Hernando Giraldo, artista

Luis Hernando Giraldo trabaja atendiendo a su voz interior. La moda o los cristales provisionales
para mirar el mundo no encuentran lugar en su mundo creativo, no obstante su pensamiento
corresponde al pulso de su época; así consigue despojar su sensibilidad de cualquier cercanía con
el lugar común, en una actitud que no solo recrea un universo personal, sino que busca un
encuentro entre la obra y su tiempo. Giraldo revive la vivencia de una historia despojada de
anécdotas, donde integra su experiencia con diversos planteamientos del arte a través del tiempo.
Su obra hace parte de las colecciones del Banco de la República, Biblioteca Luis Ángel Arango, de
Bogotá; el Museo de Bellas Artes, de Caracas; el Museo Nacional de Colombia; el Museo de Arte
Moderno –MAMBo, y colecciones privadas. Es docente de la Escuela de Artes Plásticas de la
UNAL, Bogotá.

CANCIÓN DE CUNA
“En Canción de cuna, Juliana Góngora nos presenta una metáfora del cultivo como hogar-leche para el
cuidado y alimento de plantas, animales y bebés humanos por milenios: un conjunto de ameros
de maíz enraizados entre nidos aéreos de oropéndolas tejidos en fibras de Cumare, realizados
en colaboración con las abuelas Ko ́revaju; una siembra en tierra hilada con fique y cáñamo, esculpida con
arcilla, nutrida con hummus, almidón de yuca y melaza, labrada con arena y pintada con cal y pigmentos: se

escuchan los cantos de las campesinas tejedoras que arrullan la vida con palabras dulces hechas hilos
colgantes de la palma de Cumare.
Canción de cuna es una siembra artesanal, de proceder antiguo, como los parajes campesinos donde
yacen el corazón y el espíritu de esta imagen, con sus pinturas rupestres de madres y abuelas entre los
ameros que nos recuerdan que el maíz es la planta-madre que ha estado en el territorio desde hace 10
mil años. Y es que el maíz es un ícono de la descolonización y la resistencia del Sur global. Basta recordar a
Antonio Caro con sus gráficas/marca de la mata de maíz, y a Marta Menujín, en 1985, con su entrega de
mazorcas a Andy Warhol, como pago simbólico de la deuda externa de Argentina.
En estos tiempos de crisis climática, la urgencia de la sostenibilidad de la seguridad alimentaria global, está
en el tope de la agenda mundial. La fuerza poética y política del maíz permanece en las costumbres y usos de
los campesinos e indígenas que custodian la diversidad agrícola de origen de los cultivos artesanales
en América Latina y el Caribe y, en oposición al control corporativo de las semillas y los transgénicos, nos
recuerdan que el patrimonio cultural de los pueblos es cuna y nido de la vida en el planeta”
Texto curatorial de María Belén Sáez de Ibarra

Interesada en el intercambio de conocimiento entre artesanos y comunidades indígenas de las
Américas, además de los procesos y transformaciones de los elementos naturales, Juliana Góngora
presenta en ‘Canción de cuna’ una instalación escultórica y sonora realizada a partir de su trabajo
colaborativo con la comunidad indígena Ko ́revaju, de Florencia, Caquetá. En ella, columnas de
ameros penden del techo, y en detalle, se encuentran pinturas casi rupestres realizadas con
pigmento vegetal. ‘Nidos de pájaro mochilero’ penden del techo. Estos son realizados de tejido de la
palma de cumare y mazorca miniatura llamada millo. Con estos elementos simples y cotidianos -la
mazorca, la leche, cal, sal, etc.- se alude al tiempo de la tierra, que es el tiempo de la agricultura,
que es el alimento y también cuidado. Y así llegamos a los cantos de abuelas cuidadoras, al tejido
familiar, a la dulzura y sus voces se repiten en el aire.
Esta exposición estará exhibida en la Sala 4 del Claustro de San Agustín.
Juliana Góngora (Bogotá, 1988)
“Me gusta estar atenta a los procesos de transformación de la materia. Creo que la escultura reside en la
tensión que surge cuando dos materiales se encuentran y crean lo opuesto, permitiendo lo imposible, lo
insospechado (…) Considero la escultura como un lenguaje transversal. El lente con el que puedo ver el
mundo, mi forma de relacionarme y mi forma de ser”.
Juliana Góngora, artista (Extracto de presentación de ‘Arrullos’)

Artista plástica y escultora. Estudió el pregrado y la maestría de artes plásticas en la Universidad
Nacional de Colombia en Bogotá. En Colombia ha expuesto ‘Cuerpos en tierra’, en la Cámara de
Comercio de Bogotá; ‘Arrullos’, en Galería Espacio Continuo, de ARTBO; ‘Cuerpo de leche’, en la
Galería Nueveochenta; ‘Pasado, tiempo, futuro. Arte en Colombia en el siglo XXI’, presentada en el
MAMM, en el 45 Salón Nacional de Artistas, en la curaduría ‘La fábula de Aracne’, y en ARTBO.
Ha sido invitada a la 13° Bienal do Mercosur Trauma; ‘Rivus’ la 23 Biennale de Sydney y Zona Maco
en CDMX; la muestra ‘La courte échelle’ en Goodman Gallery, de Suráfrica, y la Bienal 12 Porto
Alegre Femenino(s). Visualidades, Acciones y Afectos. Participó en la residencia del MacVal Musèe
d’art contemporain du Val-de-Marne como artista invitada. Obtuvo la Beca de Creación para artistas
emergentes (2015); la beca FLORA ars+natura a Artista en Residencia; fue ganadora de la
residencia en el programa de verano ‘The year of the internectaries’ en New York, 2016, y ganó el
premio de Arte Joven, en el 2016. Actualmente es docente de cátedra en el área de escultura de la
Universidad Jorge Tadeo Lozano, y en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.
MARÍA BELÉN SÁEZ DE IBARRA
Curadora, editora y gestora cultural. Abogada socio economista de la Universidad Javeriana de
Bogotá con maestría en Derecho Ambiental e Internacional en la Escuela de Estudios Orientales y
Africanos (SOAS), de la Universidad de Londres. Ha sido profesora de la Maestría en Estudios
Culturales de la Universidad Javeriana y de Políticas del Arte en la Universidad de los Andes. Hace
parte del Comité asesor del espacio de arte y memoria Fragmentos. Estuvo vinculada al Ministerio
de Cultura de Colombia como asesora en artes y patrimonio y, desde 2007, está a cargo de la
Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, desde donde programa y
dirige el Museo de Arte UN, el Auditorio León de Greiff y el Claustro de San Agustín. Trabajando
transdisciplinariamente, ha enfocado este programa público a la puesta en marcha de encargos o
comisiones artísticas y la producción de grandes proyectos experimentales, involucrando equipos
colaborativos para trabajar en investigación a largo plazo. Una de las líneas de investigación con la
que está tratando es el proyecto Selva Cosmopolítica en el que confluyen las artes, el patrimonio y
el trabajo con las comunidades en su territorio. Ha sido parte de los procesos curatoriales en la
Bienal de Sao Paulo y La Habana, y cocuradora de la Bienal de Shanghái (2018-2019); además, ha
curado exposiciones que se relacionan con el espacio y la instalación a gran escala; también
producciones musicales y teatrales tanto clásicas como contemporáneas. Ha trabajado con artistas
como Ursula Biemann, Doris Salcedo, Beatriz González, Oscar Murillo, Ryoji Ikeda, Clemencia
Echeverri, José Alejandro Restrepo, Miguel Ángel Rojas, Heiner Goebbels, Diana Rico y Richard
Decaillet, entre muchos otros. Igualmente, ha curado y producido obras monumentales, acciones de
paz y duelo; exposiciones de memoria y reconocimiento de lo asesinado, ocultado y acallado por la
violencia política, como contribuciones a un activismo cultural por la paz de Colombia y la
implementación de los acuerdos.
Mayor información:
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Dirección de Patrimonio Cultural
Carrera 30 No. 45-03 – Edificio 104 – Auditorio León de Greiff UNAL
PBX: +57 (601) 316 5000 Ext. 11989
Nuestras redes sociales:

Facebook: auditorioleondegreiff.museodearte.un
Twitter: divcultural
Instagram: claustrodesanagustin_unal
YouTube: leongreiffmuseoarte


Reader's opinions

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *



Actualmente suena

Title

Artist