Este 27 de abril se celebra el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), cuyo objetivo es alentar a las niñas y mujeres jóvenes a considerar la posibilidad de orientar sus estudios y profesiones al campo de las carreras tecnológicas.

Aunque las apps y el desarrollo de las programaciones hoy permean el mundo y todos los negocios, que no necesariamente llevan un género implícito, según la Unesco, solamente el 30% de las mujeres eligen una carrera universitaria relacionada con tecnología, ingeniería y matemáticas, aunque tienen las mismas capacidades que los hombres para comprenderlas y abordarlas. Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dice que esta cifra es tan solo del 10%.

En ese sentido, la interrogante es cómo promover esa competencia de manera efectiva y aprovechar en las niñas su alto potencial para trabajar con las TIC. Esta es la pregunta que se hace Fabián Enrique Lis, especialista en Herramientas TIC para la Educación, quien cree que hay que hacer más esfuerzos por demostrar a las niñas y jóvenes que la ciencia y la tecnología puede ser divertida para ellas.

“Para una niña debe ser relevante explorar la tecnología desde sus gustos y talentos. Por ejemplo, si a ella le encanta el tema de la decoración, o tal vez, la moda, es un indicador de que para ella pueden ser muy útiles las apps para la construcción de cosas, que permitan desarrollar en ella competencias computacionales. Crear, por ejemplo, su cuarto virtual, diseñar sus muebles, sus prendas, desarrollar planos, etc., jugar con los colores. Si a otra niña le gusta la naturaleza y los animales, una app de realidad aumentada puede potenciar su gusto por la tecnología. Imagina un dibujo que la niña coloree y que al aplicar la app de su celular cobre vida. Esos vínculos y experiencias de sus gustos tradicionales, pero impactados por la tecnología, pueden inspirar a niñas en proyectos de innovación tecnológica”, explica el docente.

El especialista en herramientas TIC también indica que es importante cambiar la premisa de que estudiar ciencia y tecnología es aburrirse, que no es para niñas o que no es femenino, y por supuesto, hay que reconocer que estas tecnologías pueden ser útiles en muchos ámbitos, como el creativo y el artístico.

Producir cortometrajes a través de un celular

Por ejemplo, Alanis Beltrán, una joven de la localidad de Engativá, descubrió a sus 13 años que podía producir cortometrajes a través de un celular y alzar su voz sobre problemáticas sociales, lo cual le apasiona. Lleva tres años consecutivos participando en el concurso Smart Films junto con su hermano, con quien comparte el gusto por el arte y el cine.

“Fue una experiencia inolvidable recibir el apoyo de la gente que vio el corto en pantalla grande. Nos encantó poder contar una historia a través de un celular y ser la voz de muchos. Con nuestros cortos queremos dar a conocer un mensaje positivo sobre la vida, sobre la mujer y la salud mental, y generar sensibilidad ante estos temas”, cuenta Beltrán, quien hoy tiene 19 años y estudia producción musical.

 

El último cortometraje que realizaron, que Alanis dirigió y con el que participaron en la categoría RedVolucionariasTic, del MinTic, se llama La vida después de mí, y aborda el problema de la depresión y los pensamientos suicidas.

“Este corto llevó un mensaje muy profundo a muchas personas que nos rodeaban porque estaban pasando por una situación similar, pero muchas personas ajenas a nosotros se nos acercaron y nos dijeron que se habían conmovido mucho, lo cual es nuestro ideal, más que ganar”, cuenta la joven.

Su hermano fue quien la indujo en el mundo de las tecnologías de la Información y las comunicaciones (TIC) para producir piezas audiovisuales, pero al ver el poder que tiene, no ha parado de trabajar y busca destacar en un campo en el que todavía hay pocas mujeres.

 

“Les diría a las niñas y a las mujeres que quieren hacer una pieza de arte a través de las TIC que siempre crean en ellas mismas, que tienen todo el potencial por demostrar y nosotras podemos ser la voz de muchas lenguas prisioneras, de muchas mujeres que quieren contar su historia y no pueden. Que se arriesguen a dar ese primer paso y tirarse de cabeza y comprobar que está bien equivocarse, pero lo que no está bien es no intentarlo. Además, hay muchas mujeres que nos pueden iluminar y brindar conocimiento en nuestro camino”, dice Beltrán.

Historias narradas con el celular y una cajita de fósforos

Otro ejemplo es el proyecto Pequeñas Grandes Historias, desarrollado por la Fundación Meraki, en alianza con la Gerencia de Artes de Idartes y la Cinemateca Distrital.

“Meraki quiere decir hacer las cosas con amor y creatividad, y lo que hacemos es desarrollar la creatividad como una habilidad para la vida, que está en todos y que se puede desarrollar”, explica Diana Patricia Rodríguez, especialista en Arte y Literatura y representante legal de la fundación en Colombia.

El año pasado desarrollaron una actividad con un componente importante en las TIC para que niños y niñas, junto a sus familias, crearan microcuentos evocados a través de imágenes o relatos que ellos consumen a través de plataformas digitales, que fueron plasmados en pequeñas cajas de fósforos.

Fundación Meraki

“Allí trabajamos en primera medida las Tic para entender aspectos como los datos, la voz, el texto y las imágenes. No se trata de buscar solo tareas en Google, sino de usar el celular como herramienta para generar una creación. Luego armamos las historias en las cajas de fósforos, plasmando el relato en cuatro mini tarjetas, y luego los pequeños se grabaron para que cada familia participante pudiera dar cuenta de su historia”, cuenta Rodríguez.

 

“La actividad fue de gran sorpresa para todos, pero sobre todo para las niñas, que tienen una concepción de que el papel de la mujer es estar en la casa y cuidar de los demás. Estuvieron muy asombradas con el ánimo de crear y tener estos espacios de cine y de historias y de la cajita de fósforos, y comprobar que desde algo básico que se tiene en la casa se puede crear. A través de esta actividad se puede plantear una conciencia en las niñas pequeñas de que hay otras posibilidades para desarrollar su proyecto de vida”, explica Rodríguez.

En esta actividad participaron 40 niños y niñas de comunidades vulnerables de la ciudad que habían hecho parte del programa de la Escuela de Arte Itinerante que tiene la Fundación Meraki, en la que se hacen laboratorios de creación en varias localidades de la ciudad y en otros departamentos del país.

Fundación Meraki 2

Laboratorio del cuidado

2 de mayo a las 3:00 p.m.

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¡Ven a compartir saberes y conversar sobre arte, ciencia y tecnología mientras disfrutas del placer de cocinar!