Tania: La Docente que Cambió la Vida del “Niño Problema” con un Teclado
Written by Jose de Jesus Prieto on 03/10/2025
En 1993, siendo estudiante en la Concentración Escolar Bachué, mi vida dio un giro inesperado. Llegaron los primeros televisores con teclado y, con ellos, una joven: la primera docente de sistemas de la escuela.
Yo era lo que la escuela etiquetaba como un “niño problema”. Peleaba mucho, mi motricidad fina limitada me causaba problemas para escribir, y mi tartamudez (que aún conservo) dificultaba la comunicación oral.
La Alquimia de la Educación
Tuve mi primera clase de sistemas y, por primera vez, fui visto no por mis problemas, sino por mi potencial. La bondad, la ternura en su mirada y su forma de enseñar cambiaron mi vida.
La profesora Tania usó teclados hechos de papel para enseñarnos mecanografía y nos introdujo a la programación con el lenguaje Logo. Yo, el niño que nadie esperaba, logré aprender y crear en Logo. Fui elegido para representar a la escuela, encontrando una nueva forma de comunicación a través del teclado.
Ella creyó en mí. Me defendió de los abusos de otros docentes de la época y fue la primera persona en afirmar que yo tenía un mejor futuro. Incluso en los recreos, nos enseñaba primeros auxilios, una lección que se volvería vital en mi futuro como enfermero de combate.
De la Adversidad a la Comunicación
Mi camino después de la escuela fue difícil: luché, fui expulsado de un colegio y mi rostro fue destrozado. Sin embargo, terminé mis estudios trabajando y estudiando simultáneamente, en un colegio complejo lleno de historias similares a la mía.
Luego serví a mi patria en la Fuerza Aérea Colombiana, e incluso ingresé al seminario. Mi capacidad para estudiar y escribir mejoró exponencialmente gracias a las bases de mecanografía y la disciplina que aprendí en la primaria.
La vida, con sus avatares, me llevó a la Comunicación Digital. Un tartamudo comunicando, escribiendo para la web, haciendo radio y hablando de tecnología. Me hice profesional en el área y creé mi propio medio para dar voz a quien no la tiene y apoyar a quienes reciben menos atención. Logré convertirme en algo que nunca imaginé: la mejor versión posible de lo que pude haber sido.
El Reencuentro y la Lección Vital
Muchos años después, invitado a un evento de Oracle, me encontré varado por un bloqueo en la ciudad. La compañía gentilmente me facilitó el transporte, y allí, entre entrevistas y conversaciones con amigos emprendedores, sucedió.
La escuché.
En ese instante, regresé más de tres décadas en el tiempo. Recordé el momento en que me defendió, cuando me aseguró que yo sí era capaz, que no era un “niño problema”. Reviví las lecciones de curaciones y el reconocimiento de entornos que me dio.
La vi tan grande y maravillosa como la primera vez. Comprendí que, sin su influencia, jamás habría logrado todo lo que soy y lo que he hecho. Entendí que la educación, impartida por un buen educador, es alquimia, capaz de transformar el plomo más pesado en oro.
Ahora entiendo por qué mi hijo desea ser docente, y por qué ser maestro es mi sueño frustrado: para repetir el milagro que ella hizo por mí.
Profesora, docente, guía, gracias, TANIA.