De la mesa a la basura: un costo que nos afecta a todos por el desperdicio de alimentos

Written by on 29/09/2025

 

Por Kim Durand, Creador y CEO de Cheaf
¿Alguna vez has pensado cuánta de la comida
que desperdiciamos día a día termina en la
basura? Cada año, millones de toneladas de
alimentos en perfecto estado se pierden antes
de llegar al plato de los consumidores. Este
fenómeno no solo plantea un dilema ético en
un país con altos índices de inseguridad
alimentaria, sino que también genera un
impacto ambiental y económico alarmante,
una realidad imposible de ignorar.
Según cifras del Departamento Nacional de
Planeación (DNP), cada colombiano
desperdicia, en promedio, 114 kilos de comida
al año. En total, se pierden cerca de 9,76
millones de toneladas de alimentos, lo que
equivale al 34 % del total producido para consumo humano. Detrás de estos números
hay un importante costo económico de $15 billones de pesos, es decir, el 1,5% del
Producto Interno Bruto (PIB). Igualmente, a esto se suma un impacto ambiental invisible
pero devastador: el desperdicio de alimentos es responsable de casi el 10% de las
emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Más allá de los estudios y las cifras, esta situación refleja la forma en la que nos
relacionamos con la comida, lo que ponemos en nuestra mesa y lo que dejamos perder
en la basura. Por eso, es urgente que este tema se ponga sobre la mesa y se reflexione,
desde los hogares, sobre qué estamos haciendo y qué podríamos hacer mejor a través
de pequeños cambios que pueden lograr que esta realidad sea diferente para todos.

Un largo camino por recorrer con una perspectiva alentadora

Combatir este problema requiere un mayor compromiso ciudadano y la adopción de
modelos de consumo más responsables. Y es en este punto, donde la tecnología juega
un papel clave y llega como una alternativa que no sólo mitiga esta problemática sino
que además se convierte en parte de la solución. Es el caso de plataformas digitales
como Cheaf que permiten conectar negocios con consumidores conscientes,
rescatando alimentos que de otro modo se perderían.
En apenas cinco años de operación, y con un equipo de alrededor de 45 personas,
Cheaf ha logrado salvar más de 8,500 toneladas de comida en buen estado en países
como México, Chile y Argentina. Esto demuestra cómo un problema global puede
transformarse en una oportunidad real de impacto social y ambiental, evitando la
emisión de más de 21 millones de kilogramos de CO₂. Lo que comenzó como una idea
hace cinco años hoy es un movimiento que ya está cambiando la manera de consumir
alimentos.
Iniciativas que inspiran al cambio
Afortunadamente, en países como Colombia ya se empiezan a dar pasos. Actualmente
se discuten iniciativas legislativas como el Proyecto de Ley 230 de 2023, que busca
crear la Política Pública Nacional de Prevención y Reducción de Pérdida y Desperdicio
de Alimentos. Esta propuesta contempla la promoción de sistemas de donación y la
implementación de campañas de sensibilización. Paralelamente, organizaciones como
el Banco de Alimentos de Colombia y diversas fundaciones trabajan a diario rescatando
productos y distribuyéndolos entre las comunidades más vulnerables.
El desperdicio de alimentos no es un problema ajeno: es una responsabilidad
compartida. No existen soluciones inmediatas, pero sí pequeñas decisiones cotidianas
que, sumadas, pueden marcar la diferencia. En este Día Internacional de Concienciación
sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, la invitación es a reflexionar sobre
nuestras elecciones diarias y a sumarnos a iniciativas que generan un impacto real.
Porque detrás de cada bocado que no se aprovecha no solo se pierden recursos:
también se desperdician oportunidades de alimentar y de cuidar el planeta.


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