Mujeres, protagonistas del emprendimiento mundial, pero con brechas qué superar
Written by Jose de Jesus Prieto on 16/04/2025
En las dos décadas recientes la actividad emprendedora femenina aumentó un 76%, hoy
son alrededor de 274 millones de emprendedoras, pero siguen enfrentando
dificultades para consolidar sus negocios, según el Global Entrepreneurship Monitor
(GEM).
En Cali, también sobresalen por su empeño, pero venden mucho menos que los
hombres y el 69.4% de las emprendedoras dedican más de ocho horas diarias a tareas
domésticas no remuneradas, según cifras del Índice de Equidad de Género, IEG.
En el marco del Día Mundial del Emprendimiento, 16 de abril, la Fundación WWB Colombia
analizó el panorama actual, los logros y desafíos. Testimonios de emprendedoras.
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De los 582 millones de emprendimientos que hay en el mundo, 274 millones son liderados
por mujeres, de acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor (GEM). América Latina es
la región más emprendedora del planeta. En Colombia, durante el 2024 se registraron
297.475 nuevas empresas, según Confecámaras, de las cuales, el 72,3% fueron creadas
por personas naturales, mientras que el 45% de esas nuevas empresas generaron al menos
un empleo.
En Cali, en tanto, de acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE), viven 2.3 millones de personas, de las cuales el 44% residen en Cali, y
de ellas, 1.1 millones están ocupadas: 832 mil como empleados y 268 mil, liderando su
propio micronegocio. Para analizar el panorama local, la Unidad de Analítica de la
Fundación WWB Colombia, realizó el informe ‘Las mujeres emprendedoras: impulsoras
clave del desarrollo económico en Cali y la región’ que resalta, por ejemplo, que “a pesar de
enfrentar barreras significativas como la carga del cuidado no remunerado y la brecha de
ingresos, las mujeres siguen siendo agentes de transformación en la economía local y
nacional. Su resiliencia, innovación y liderazgo no solo fortalecen el tejido empresarial, sino
que también generan impactos positivos en la comunidad”.
El informe enfatiza, además, que las mujeres enfrentan una significativa brecha de ingresos,
pues en promedio, lo que perciben es un 37.7% menor en comparación con los de sus
pares masculinos. Sin embargo, cabe destacar que sus negocios generan ventas anuales
promedio de $1.3 millones y, en conjunto, aportan $4.31 billones al valor agregado de la
ciudad.
“Cali siempre ha sido una región donde el emprendimiento es muy importante, como fuente
de ingresos para toda la población. El Dane nos da una cifra de alrededor de 268 mil
pequeños negocios que se encuentran en la ciudad. Los hombres hoy por ejemplo están
vendiendo casi dos veces más que las mujeres. Queremos y sabemos que el tejido
empresarial está constituido fundamentalmente por mujeres, pero estas mujeres no logran
el nivel de ventas requerido lo que se debe analizar”, explica Johana Urrutia, directora de
Programas de la Fundación.
De acuerdo con datos del Índice de Equidad de Género (IEG), el 42.6% de los
micronegocios en Cali son propiedad de mujeres, lo que evidencia su protagonismo en la
economía local. De hecho, el 68.9% de estas mujeres son el principal sustento económico
de sus hogares, aportando más del 50% de los ingresos familiares, es decir en promedio,
cada una impacta la vida de 3.4 personas, lo que se traduce en aproximadamente 122 mil
personas que dependen de estos negocios, reforzando su papel esencial en la estabilidad
financiera de la región.
Derly Viera es gerente y propietaria de Jiret, un negocio de alimentos y refrigerios para
eventos y ocasiones especiales. Ella es consciente del desafío que representa equilibrar
sus labores de cuidado en el hogar con el desarrollo de su negocio. En Cali, el 69.4% de las
mujeres emprendedoras dedican más de ocho horas diarias a tareas domésticas no
remuneradas, según cifras del Índice de Equidad de Género, IEG, lo que limita su
capacidad para expandir sus negocios. A nivel nacional, se estima que si este trabajo
doméstico no remunerado se valorara económicamente, representaría el 21% del PIB.
“Cuando yo cocino, siento que tengo algo por qué luchar, que puedo compartir con las
demás personas y me hace sentir viva y que vale la pena seguir adelante y esforzarnos por
nuestros niños.” afirma.
Nataly Ibargüen es otra emprendedora, propietaria de Quilombo, una iniciativa que rescata
los sabores ancestrales de la cocina del pacífico colombiano. Para ella, “ser mujer
emprendedora es desafiante porque eres mamá, hija, esposa, y te cargas de muchas
cosas, no solamente dirigís un emprendimiento, sino que también dirigís una cantidad de
cosas en tu vida. Para mí llegar al punto de delegar me costó, porque antes pensaba que yo
podía ser multitarea” afirma.
El acceso limitado a financiamiento representa otro obstáculo importante, según cifras de la
Corporación Financiera Internacional (CFI), a nivel mundial se calcula que el 40% de las
micro, pequeñas y medianas empresas formales (pymes) de los países en desarrollo se
enfrentan a un déficit de financiación anual de 5,2 billones de dólares. Por otra parte, el
informe de la Unidad de Analítica de la Fundación WWB Colombia, revela que solo el 16.6%
de las mujeres en Cali logra acceder a crédito formal, lo que restringe su capacidad de
crecimiento. Esta inequidad financiera se refleja también en el Índice de Equidad de Género
(IEG), donde el Valle del Cauca ocupa el puesto 15 en el pilar de mercados, destacándose
la desigualdad en el acceso a servicios financieros y oportunidades económicas.
A pesar de estas barreras, las mujeres emprendedoras han demostrado una notable
capacidad de adaptación, pues el 74.9% de sus negocios tiene acceso a internet, y el
28.3% ha apostado por la digitalización y el comercio electrónico para expandir su alcance y
mantenerse competitivas en el mercado. Su capacidad de innovación fortalece el
ecosistema empresarial y fomenta un crecimiento económico más inclusivo.
Otros desafíos: darse a conocer
“Otros de los retos que hemos tenido es cómo darnos a conocer y formalizar nuestro
emprendimiento” afirma Derly, quién gracias a Conexiones Comerciales de la Fundación
WWB Colombia, pudo conectar con grandes clientes como Andina Seguridad del Valle,
Globant y Alkosto, lo que impulsó la formalización y expansión de su negocio, y transformó
su visión empresarial permitiéndole empoderarse, y generar un impacto positivo en su vida
y en la sociedad. “Cuando una empresa opta por comprarle a emprendedores está
impactando nuestra sociedad, está logrando que muchas familias, que muchos hombres,
que muchas mujeres puedan crecer y puedan seguir impactando. Generamos empleo,
impactamos esta sociedad, la región y Cali” expresa Derly, quién invita a las empresas a
que se fijen en los emprendedores, que tienen mucho por aportar.
El panorama mundial
Durante los últimos 25 años, las mujeres han asumido un papel cada vez más activo en la
economía global a través del emprendimiento. Así lo confirma el Global Entrepreneurship
Monitor (GEM) Women’s Entrepreneurship Report 2023/24, que revela un crecimiento
sostenido en la participación femenina en startups, negocios consolidados e innovaciones
de alto impacto. Pero también deja claro que persisten obstáculos estructurales que frenan
su potencial.
En 2023, una de cada diez mujeres a nivel mundial estaba comenzando un nuevo negocio.
La actividad emprendedora femenina aumentó un 76% en los últimos 20 años (pasando del
6,1% al 10,4% en 30 países analizados). Las mujeres representaron uno de cada tres
emprendimientos de alto crecimiento y dos de cada cinco startups con foco exportador.
Colombia, junto a China, Ecuador, Lituania y Tailandia, se encuentra entre los países donde
las mujeres emprenden más que los hombres.
Este avance no es menor: el informe evidencia que las mujeres están cada vez más
involucradas en la creación de empresas con impacto económico, social y ambiental.
Aunque las mujeres están emprendiendo más, la brecha de sostenibilidad persiste: solo una
de cada 16 mujeres tiene un negocio consolidado (de más de 42 meses), frente a uno de
cada 10 hombres. Además, en promedio, las mujeres tienen 21% menos probabilidad de
cerrar sus negocios que los hombres, lo que indica mayor estabilidad entre quienes logran
superar las primeras etapas. Sin embargo, enfrentan mayores barreras para crecer, acceder
a financiamiento y participar en sectores estratégicos como tecnología y minería.
El informe destaca que, pese a las dificultades, las mujeres son más propensas a adoptar
prácticas de sostenibilidad y a reinvertir en sus comunidades. Un ejemplo inspirador es Aya
Laraki, fundadora de Cuimer, en Marruecos, quien creó una empresa que transforma pieles
de pescado en cuero sostenible, reduciendo residuos y ofreciendo alternativas éticas al
mercado de la moda.
Finalmente, frente al panorama del emprendimiento femenino, el informe recomienda:
visibilizar modelos de éxito, especialmente en sectores donde las mujeres están
subrepresentadas; mejorar la recolección de datos desagregados, para entender mejor las
barreras específicas; ofrecer formación inclusiva: con programas STEM y mentorías
especializadas y ampliar el acceso a capital: con políticas de crédito justas, redes de
inversión y leyes antidiscriminación.