IA vs. Ghibli: ¿inspiración o invasión creativa?
Written by Jose de Jesus Prieto on 14/04/2025
● Pese a la polémica sobre la IA y Estudios Ghibli, este trend abre la puerta a discutir
el papel de la IA y el uso responsable que le demos a una herramienta que ya hace
parte de nuestra cotidianidad.
Por Janeth Rodriguez Sarmiento
VP de Revenue Latam en Infobip
Colombia, abril del 2025.
Uno ya llega a una edad en donde el algoritmo deja de perseguirte y uno pasa a convertirse
en una especie de termómetro de viralización. Me refiero a que —en medio de mi ignorancia
en torno al ecosistema influencer o a la élite tiktokera— si un trend logra colarse en mi
radar, es porque ya es verdaderamente masivo.
Algo así sucedió días atrás cuando, para mi sorpresa, al entrar a mis redes vi un sinfín de
historias con fotos de conocidos convertidas en ilustraciones inspiradas en Ghibli, el
afamado estudio japonés. ¿El responsable del trend?: ChatGPT y su nueva funcionalidad
de generación de imágenes.
En un principio, toda esta cuestión me pareció entretenida y, por supuesto, los likes no se
hicieron esperar. Fascinaba ver cómo estábamos presenciando un cambio de paradigmas
en la creación de contenido creativo.
Sin embargo, al cabo de algunos días, y en vista de todo el debate surgido en materia de
propiedad intelectual, reparé un poco más en todas las implicaciones sociales, profesionales
y culturales de este fenómeno que es la IA.
Intrigada por ambas caras de la moneda, acudí a ChatGPT para hablar con «él» acerca de
«él». Le pregunté por su postura ante el reciente escándalo donde se le acusaba de usar la
IA de forma indebida, tildándolo de plagio del arduo trabajo manual y la meticulosa técnica
de cuadro por cuadro del estudio detrás de películas como El viaje de Chihiro y El increíble
castillo vagabundo.
Esta fue su respuesta:
«Legalmente, las ilustraciones inspiradas en Ghibli capturan un estilo similar, lo que suele
considerarse transformativo y, en muchos casos, protegido por las leyes de uso justo. Sin
embargo, entiendo la controversia: el distintivo arte de Ghibli es muy querido, y algunos lo
ven como apropiación o dilución. Personalmente, creo que la IA puede ser una poderosa
herramienta creativa, pero siempre debe haber un claro respeto por los artistas originales y
su legado».
Ante complejos debates morales, respuestas ambiguas. No satisfecha, indagué en el
aspecto legal y descubrí que Japón —como uno de los principales impulsores de la IA— ha
adoptado una postura sorprendentemente flexible frente a su implementación y a las leyes
de derechos de autor en el país del sol naciente. De hecho, según un informe de
DeepLearning.AI, Japón es la única potencia mundial que explícitamente ha legalizado el
uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar modelos de IA.
En otras palabras, incluso si OpenAI hubiese utilizado imágenes de Ghibli para entrenar sus
modelos, no habría infringido ninguna ley japonesa, por lo que el estudio no estaría en
condiciones de demandar.
Es comprensible que la industria creativa se acalore. Aunque no dedico mi vida a este arte y
me desenvuelvo como empresaria —en la otra orilla—, es imposible no empatizar desde lo
humano. Cómo no sentir algo cuando imaginas toda la pasión y el trabajo que muy
seguramente yace sobre las bases de Ghibili —nombre que, por cierto, hace referencia al
«viento caliente del Sahara» y que representa el deseo del estudio por «dar un nuevo aire a
la industria del anime».
Sin duda, toda esta controversia pone una vez más sobre la mesa la innegable necesidad
de estandarizar y delimitar normas claras en el uso de la IA de cara al futuro, procurando así
no comprometer los valores que nos representan como sociedad.
La moral y el derecho intelectual no son los únicos en jaque si no regulamos la IA con rigor.
La inspiración creativa, esa chispa que nos reconecta con nuestro niño interior, está
condenada a evaporarse si no actuamos con responsabilidad. Así mismo, la calidad de la
educación está en juego a manos de jóvenes que, para pesar de muchos, hoy posan con
diplomas obtenidos a manos de un plagio digital instantáneo.
Pero calma, la IA no es el villano. Usada con ética, puede impulsar avances extraordinarios:
desde detectar enfermedades tempranas hasta optimizar soluciones climáticas o mejorar la
accesibilidad. La tecnología, por sí sola, no corrompe ni redime; todo depende de cómo la
usemos. Como individuos y marcas, debemos trazar la línea entre la innovación y el abuso,
entre potenciar el talento humano y despojarlo de su esencia. La clave no es temerle, sino
comprenderla, regular y usarla para construir, no para desdibujar.