¿Cómo cambia el suelo pélvico después del embarazo?

Escrito por on 23/04/2024

 El embarazo y el parto pueden afectar algunas funciones vitales del suelo pélvico.
 Existen medidas preventivas que reducen el riesgo de trastornos en esta zona

muscular.

Bogotá, abril de 2023- El embarazo y el parto son experiencias transformadoras para el
cuerpo de una mujer, que lo afectan de muchas maneras. Una de las áreas que puede sufrir
cambios es el suelo pélvico, que es el diafragma de la pelvis. Estos músculos son esenciales
ya que sostienen el útero, la vejiga, el intestino grueso y el recto.
A menudo, el suelo pélvico se ve afectado por el embarazo y el parto, alterando algunas de sus
funciones vitales, esto puede incluir mecanismos de continencia fecal, urinaria y en el soporte
de las paredes vaginales y el útero. Menos apoyo puede conducir al prolapso, cuando los
órganos se mueven dentro de la pelvis. Algunos traumatismos en los músculos y nervios del
suelo pélvico también pueden provocar síntomas de dolor pélvico, que ocurren con o sin
relaciones sexuales.
¿Qué factores pueden afectar el suelo pélvico? Aquí algunas razones por las cuales estos
músculos pueden sufrir cambios durante el embarazo y el parto, así como conllevar trastornos
a futuro:
 Cambios físicos. Alrededor del 50% de las mujeres embarazadas experimentan
síntomas de trastornos del suelo pélvico incluso antes del parto. Durante el embarazo,
las mujeres tienden a aumentar de peso, no solo el peso del bebé, sino también el peso
de la placenta, el aumento del volumen sanguíneo y el agrandamiento del útero. El peso
extra aumenta la tensión en los músculos del piso pélvico, lo que aumenta el riesgo de
incontinencia urinaria. Tener estreñimiento es común durante el embarazo, sobre todo
en el tercer trimestre. El peso del útero en crecimiento y los cambios hormonales
pueden afectar la digestión, lo que lleva a un paso infrecuente o difícil de las heces.
Cualquier tipo de esfuerzo y estrés puede debilitar aún más los músculos y nervios del
suelo pélvico.
 Cambios hormonales. El cuerpo también sufre cambios hormonales significativos
durante el embarazo, que afectan la salud del suelo pélvico. La placenta secreta la
hormona relaxina para aumentar la flexibilidad de los ligamentos de la pelvis y suavizar
el cuello uterino. Estos cambios son buenos porque preparan el cuerpo para el día del
nacimiento. Sin embargo, esto puede aflojar la conexión entre los huesos de la pelvis y
conducir a una mayor flexibilidad e inestabilidad.
 Historial médico e historia ocupacional. Algunas mujeres son más susceptibles a los
trastornos del piso pélvico, y este riesgo aumenta con el embarazo. Las mujeres con
antecedentes de estreñimiento crónico, trastornos del tejido conectivo o fumadoras
tienen un mayor riesgo. Las mujeres obesas o que tienen un antecedente de
levantamiento de pesas frecuente, ya sea en el trabajo o mediante ejercicios de
musculación, también pueden presentar un mayor riesgo.
El trabajo de parto y el momento del nacimiento se consideran factores de riesgo a los
trastornos del suelo pélvico. “El parto natural, en particular, se considera el factor de riesgo más
significativo. Durante el parto, los músculos del suelo pélvico sufren un tremendo estrés,
especialmente durante la segunda etapa del trabajo de parto, cuando las pacientes están
presionando en todo momento. Este riesgo aumenta con los partos quirúrgicos que utilizan

ventosas obstétricas o fórceps” afirmó el Dr. Tarek Khalife, Obstetricia y Ginecología, Sistema
de Salud de Mayo Clinic, Mankato e New Prague, Minnesota.
El trabajo de parto antes de una cesárea también aumenta el riesgo de que una mujer tenga
trastornos del suelo pélvico. El suelo pélvico de algunas mujeres es más resistente y capaz de
recuperarse rápidamente, mientras que otras pueden tener más probabilidades de tener
problemas permanentes. Los estudios muestran que cuantos más partos vaginales tenga una
mujer, es más probable que experimente disfunción del suelo pélvico.
Es importante recordar que los trastornos del suelo pélvico no son una certeza durante el
embarazo. Así como las mujeres embarazadas toman vitaminas prenatales y evitan el alcohol
para reducir los riesgos de algunas afecciones congénitas, se pueden tomar medidas
preventivas para reducir el riesgo de trastornos del suelo pélvico.
El ejercicio regular y la alimentación saludable son buenos para el bebé y también para el suelo
pélvico. También es recomendable considerar participar de las clases de parto antes del
nacimiento del niño. Estas clases tienden a incluir ejercicios de estiramiento y respiración para
ayudar a coordinar el diafragma y los músculos del suelo pélvico durante el parto. El yoga
durante el embarazo y el masaje perineal pueden ayudar a preparar el suelo pélvico al mejorar
la flexibilidad y elasticidad de los tejidos, lo que limita el riesgo de lesiones perineales durante el
parto.
Cuando se realizan correctamente los ejercicios de Kegel, se fortalecen los músculos del suelo
pélvico. Alrededor del 40% de las personas no realizan un Kegel correctamente la primera vez.
Un fisioterapeuta puede ayudar a identificar los músculos correctos cuando son se está segura
o se tienen dudas. De igual forma, es recomendable hablar con el obstetra tratante y el equipo
de atención médica, quienes podrán recomendar estiramientos y clases para preparar el suelo
pélvico para el parto.

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