El análisis de la semana por BBVA Research
Escrito por Jose de Jesus Prieto on 05/01/2024
POR: María Claudia Llanes
Grandes ganancias en inclusión financiera, pero
persisten amplias brechas
En 2022, 34,7 millones de adultos tenían al menos un producto
financiero formal en Colombia. Más de catorce millones más que en
2012. Con esto, en la última década, el porcentaje de adultos con
algún producto financiero pasó del 67,2% al 92,3%.
Recientemente, la pandemia impulsó considerablemente la inclusión
financiera, al igual que la digitalización financiera, lo que se explicó, en
parte, por la necesidad de distribuir ayudas a la población más
vulnerable. Estos avances se consolidaron en 2021 y 2022. En cifras,
entre 2019 y 2022 la inclusión financiera aumentó en 9,8 puntos
porcentuales (5,9 p.p. entre 2016 y 2019) y las operaciones
financieras con canales digitales hechas por los clientes del sistema
pasaron de representar el 64% del total de operaciones en 2019 al
73% en 2022.
La pandemia evidenció la importancia de la inclusión financiera, pero
ésta va mucho más allá. La inclusión financiera facilita el día a día de
las personas y de las empresas y les permite fijarse objetivos de largo
plazo, como educarse o invertir, entre otros. Adicionalmente, los
servicios financieros formales disponen de más opciones que las que
ofrece el sector informal. La inclusión financiera permite suavizar
intertemporalmente el consumo y potencia el ahorro y la acumulación
de capital y por lo tanto el crecimiento económico.
A pesar de los avances en inclusión financiera, aún persisten grandes
brechas de acceso entre grupos de población: en detrimento de la
población rural, cuya inclusión financiera es inferior al 70%, de las
mujeres (88,7%) y de los jóvenes entre 26 y 40 años (88,6%), entre
otros. Además, apenas el 36,2% de los adultos en Colombia accede a
algún producto de crédito y el 15,8% de las microempresas lo hace.
Llevar los servicios financieros formales a esos grupos, que por lo
general presentan mayores niveles de vulnerabilidad, y aumentar la
inclusión crediticia y productiva deben ser un objetivo de política.