Vacaciones: experto advierte que no existe el bronceado saludable y da recomendaciones importantes para cuidar la piel y prevenir el cáncer

Written by on 17/12/2025

Hay que cambiar la manera en que ´entendemos´ el sol

 

 

  • Cualquier cambio de color en la piel por leve que sea,  es evidencia de daño celular.   El bronceado no es sinónimo de bienestar.
  • Mantener una hidratación adecuada, clave para la barrera cutánea.
  • Prevenir el cáncer de piel comienza con decisiones pequeñas y constantes
  • El exceso de exposición solar y de quemaduras de sol, reduce la capacidad de defensa del organismo

 

Con la llegada de las vacaciones de fin de año, miles de colombianos se preparan para viajar a playas, ríos, piscinas, montañas y destinos donde la exposición al sol es inevitable. Pero, justo cuando comienza uno de los periodos del año con mayor radiación ultravioleta, un especialista colombiano hace un llamado urgente: el bronceado saludable no existe, y creer lo contrario puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer de piel, una enfermedad que va en aumento en el país y en el mundo.

 

El médico cirujano plástico Ernesto Barbosa, con amplia experiencia en salud cutánea, advierte que la idea de que “un poquito de color no hace daño” es científicamente falsa. Según explica, cualquier cambio de color en la piel —incluso un tono dorado suave— es evidencia de daño celular. “El bronceado no es bienestar. Es literalmente la piel tratando de defenderse de una agresión. Cada exposición suma, y con el tiempo, esos daños acumulados pueden convertirse en manchas, envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas e incluso cáncer de piel”, señala Barbosa.

 

Radiación ultravioleta alta en Colombia: un riesgo silencioso que muchos ignoran.  Barbosa enfatiza que el inicio de las vacaciones coincide con semanas en las que Colombia suele registrar picos de índice UV muy elevados, especialmente en zonas costeras, ciudades de altura, llanos orientales y regiones del interior, ya que  nuestro país  se encuentra en una zona  tropical  donde  llegan directamente los rayos ultravioleta.  Sin embargo, advierte que muchas personas siguen confiando en mitos peligrosos.   “En el país persisten errores que aumentan el riesgo. Mucha gente piensa que si está nublado no pasa nada, cuando en realidad las nubes dejan pasar la mayor parte de la radiación UV. Otros aplican protector solar una sola vez al día, lo usan solo en la playa o creen que la sombra es suficiente. Todo eso es incorrecto”, explica.  “A esto hay que sumarle  la  información de algunos  influencers en redes sociales, médicos y no médicos no expertos,   aconsejando  no utilizar  protector  solar   y disminuyendo  la protección”.

 

Además, recuerda que la arena, el agua y el concreto reflejan la radiación, amplificando la exposición sin que la persona sea consciente del daño que el sol está haciendo. Incluso actividades cotidianas como manejar, caminar al mercado o practicar deporte al aire libre incrementan la acumulación de daño si no se adoptan medidas de fotocuidado.

 

La “cultura” del bronceado está comprometiendo la salud.  Para Barbosa, uno de los problemas más graves es que en muchas familias —y especialmente entre jóvenes— el bronceado aún se percibe como símbolo de bienestar, descanso o atractivo físico. Sin embargo, señala que esta percepción desconoce las consecuencias médicas y estéticas de largo plazo.  “Hay que cambiar la manera en que entendemos el sol. El bronceado nunca es señal de salud. Lo que vemos como color bonito es, en la práctica, una señal de alarma de la piel. La piel tiene memoria: todo daño se acumula, incluso el que no vemos”, afirma.

 

El especialista también menciona que el cáncer de piel está aumentando en personas cada vez más jóvenes, un fenómeno que antes se asociaba casi exclusivamente con adultos mayores. “Las quemaduras repetidas durante la infancia y la adolescencia son de los factores que más incrementan este riesgo en la adultez”, agrega.

 

Algunos errores frecuentes de los colombianos en vacaciones.  El experto identifica los hábitos peligrosos y comunes: aplicar protector solar solo una vez al día.  Usarlo únicamente al estar en la playa o la piscina, pero no durante actividades diarias.  Confiar en que el agua, la sombra o las nubes ofrecen suficiente protección. Pensar que solo se requiere protección en climas calientes. No usar sombreros amplios ni gafas con filtro UV.  Aplicar bloqueador exclusivamente en brazos y rostro, descuidando orejas, cuello, pecho, dorso de los pies y manos.  Elegir protectores solares con factores muy bajos o sin filtros UVA.  “Lo más común es que las personas crean que con ponerse bloqueador en la mañana ya están protegidas todo el día. Eso es un error grave. El protector se degrada con el sudor, el agua y el paso de las horas. Y en Colombia, donde el sol es más perpendicular y potente, esa mala práctica aumenta aún más el riesgo”, precisa.

 

Recomendaciones esenciales del experto para unas vacaciones con prevención.  El médico cirujano plástico insiste en que el cuidado con el sol debe ser integral y permanente, no una acción ocasional. Estas son sus recomendaciones: reaplicar protector solar cada dos o tres horas, y siempre después de entrar al mar o a la piscina. Escoger protectores de amplio espectro (UVA/UVB) y con factor 50 o más. “El protector  debe tener como mínimo 30 de SPF  para que realmente  tenga  un efecto beneficioso y en general debe aplicarse al menos cada tres horas”.  Usar sombreros de ala ancha, no gorras. Elegir gafas con filtro UV certificado. Utilizar prendas de tejidos densos o de protección UV. Elegir la sombra en las horas de mayor radiación: entre 10:00 a. m. y 3:00 p. m. Mantener una hidratación adecuada, clave para la barrera cutánea. Evitar el uso de aceites o productos que “aceleren el bronceado”. No utilizar cámaras de bronceo, que incrementan dramáticamente el riesgo de cáncer de piel. Revisar periódicamente cualquier mancha o lesión nueva.   Barbosa insiste en que estas acciones no son “excesos” ni comportamientos exagerados, sino prácticas mínimas recomendadas a nivel internacional para la prevención del cáncer de piel.

 

Los niños: el grupo más vulnerable y el que más debe cuidarse.      Sobre los menores, Barbosa es enfático: “La piel de los niños es más delgada, más sensible y más susceptible al daño. Una sola quemadura severa antes de los 18 años aumenta significativamente el riesgo de cáncer de piel en la adultez”.    Entre sus recomendaciones específicas están: Usar protector solar apto para la edad. Reaplicarlo con mayor frecuencia, especialmente si están en el agua.  Mantenerlos con sombreros y ropa protectora.  Evitar por completo la exposición directa en bebés menores de seis meses.  Controlar que no jueguen bajo el sol intenso durante las horas pico.  Enseñarles desde pequeños hábitos de autocuidado.

 

Un llamado a disfrutar sin poner en riesgo la salud.   Para Barbosa, el objetivo no es impedir que las personas disfruten del sol o de las vacaciones, sino promover un uso responsable. “Disfrutar del mar, de la naturaleza, de los ríos, lagos y/o de la piscina es maravilloso. Pero hacerlo sin cuidado puede dejar huellas que quizás no se vean hoy o parezcan elementales en la actualidad, pero aparecen años después. Prevenir el cáncer de piel comienza con decisiones pequeñas y constantes”, concluye.

 

Caliéntame un poquito!  De acuerdo con la comunidad médica, “el sol es necesario para la síntesis de vitamina D y en el metabolismo del calcio. Mejora la respuesta inmune, ayuda a controlar el insomnio regulando la producción de melatonina, fortalece el estado de ánimo y mejora la hipertensión arterial al producir vasodilatación.   En función de la absorción de Vitamina D, se recomienda recibir sol entre 15 y 20 minutos alrededor de las 10 am (preferiblemente no en la cara que es la más expuesta y con más probabilidad de cáncer de piel). En caso de permanecer en actividades al aire libre, idealmente antes de las 10 am y después de las 3 pm, con la debida protección.  El sol es fuente natural de calor y de energía, hace posible la fotosíntesis, facilita la visión y la síntesis de vitamina D3 en la piel, indispensable también para la mineralización ósea, ayuda en los tratamientos fototerapéuticos y de fotoquimioterapia y mata ciertos patógenos (efecto germicida”).

 

* Ha aumentado el número de menores de edad que adoptan la “cultura” del bronceo  *  No hay buenos hábitos en las personas en relación con la exposición al sol  *  Hay que crear conciencia sobre la responsabilidad de la exposición al sol y sus consecuencias si no hay protección

* 15 minutos de sol al día, antes de las 10 am o después de las 3 pm,  con la debida protección, son suficientes para obtener la dosis recomendada de vitamina D * La protección solar siempre es importante, pero durante los primeros 19 años de vida es fundamental

* En Colombia se estima que se diagnostican 3 casos nuevos de cáncer de piel diariamente y la cifra va en aumento.  Uno de los factores más predominantes para su aparición es el haberse expuesto al sol durante largos periodos de tiempo, durante la juventud.

*  A los bebés menores de 6 meses no hay que aplicarles bloqueador, solo NO exponerlos a la luz directa del sol a menos que sea indicación del pediatra

*  Disminuyendo la exposición directa al sol, desde la infancia, se reduce la aparición de cáncer de piel, el más frecuente entre la población

* El daño solar es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de cáncer de piel, pero no el único.  *  Las consultas más frecuentes después de vacaciones “bajo el sol”  son: trastornos de pigmentación, lesiones hiperpigmentadas en cara, manos y brazos, lesiones de cáncer de piel que pueden resultar muy agresivos como el melanoma. *  La reducción de riesgo del cáncer de piel inicia desde la infancia, evitando las quemaduras solares. Los niños requieren mayor protección que los adultos y suelen ser quienes más permanecen expuestos en actividades al aire libre. * La piel de los niños y de los ancianos es frágil, vulnerable y tiene menos cantidad de melanina que los adultos haciéndola más sensible a los rayos solares. *Si no hay contraindicaciones médicas, el protector solar debe ser usado en las zonas que quedan más expuestas al sol: cara, cuello, cuero cabelludo, brazos y manos.  * El protector solar debe ser de amplio espectro, es decir proteger contra UVA  y UVB,  con un FPS mínimo de 35, y estar respaldado por un laboratorio médico. Debe proteger contra los rayos UV-A que favorecen la aparición de cáncer de piel y proteger contra los rayos UV-B que causan la quemadura. *  Evitar estar durante largos periodos de tiempo metidos en las piscinas, en el mar, ríos o lagos.  Los protectores solares, aún aquellos que son a prueba de agua, se van eliminando y el agua fresca evita que la persona presente dolor durante la quemadura. En el agua se presenta una mayor reflexión de los rayos solares aumentando el daño por los rayos ultravioleta.  * Evitar  utilizar productos no medicados, con el fin de conseguir ciertas tonalidades de piel, pues éstos pueden contener aceites sin protectores solares, favoreciendo la aparición de las quemaduras. No recetas caseras a base de tomate, limón, zanahoria, aceite de coco, gaseosas cola, canela, sábila etc. Estas preparaciones pueden causar fotosensibilidad, no protegen contras los rayos ultravioletas y pueden causar lesiones en piel como manchas y pecas.

 

Ante cualquier lesión de piel que cambia de color, que toma forma irregular, protuberancias desde rosado a marrón o negro, que crece, que forma aspectos como verrugas,  que se ulcera (como llaga) o sangra espontáneamente, que no sana, que parece desaparecer y reaparece, lesiones similares a cicatrices sin antecedente de trauma, consultar al médico.   Los cánceres de piel suelen ser indoloros y raramente causan rasquiña. El autoexamen de la piel es la mejor manera de encontrar las lesiones sospechosas, favoreciendo su tratamiento temprano.

 

Consejos en caso de una quemadura por sol

 

  • Suspender inmediatamente la exposición solar y evitar los lugares calientes.
  • Aplicar agua fría, abundante, durante 15 minutos, esto bajará la temperatura de la piel y disminuirá el dolor.
  • Iniciar la rehidratación de la persona afectada, con líquidos que contengan idealmente electrolitos con una solución de rehidratación oral, como las que se usa en niños cuando presentan vómito y diarrea.
  • Aplicar una crema hidratante, en forma abundante y frecuente. Las cremas after-sun contiene antiinflamatorios, son refrescantes e hidratantes y se encuentran fácilmente en el mercado. Estas cremas no deben tener olor y no deben tener sustancias alergénicas.
  • Consultar inmediatamente un servicio de urgencias en caso de quemaduras muy rojas, con ampollas y si son extensas, es decir que abarquen más de un 50% de la superficie corporal, y si hay fiebre.
  • Nunca reventar las ampollas y evitar la aplicación de sustancias o preparaciones caseras. Solo es aconsejable el uso de agua fría.

 

 


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