El autoengaño de diciembre, creemos decidir pero las apps ya lo hacen por nosotros

Written by on 06/12/2025

 

● En diciembre creemos controlar nuestras decisiones, pero la personalización algorítmica aumenta
hasta un 25% los ingresos del ecommerce y triplica el ROI publicitario, moldeando silenciosamente

lo que compramos y cuándo lo compramos.

● Mientras el 80 % de los consumidores compra más cuando siente que una marca “lo entiende”,
diciembre el cansancio, impulsividad y dopamina, se convierte en el escenario perfecto para que

los algoritmos decidan por nosotros.

Colombia, diciembre de 2025 — Diciembre es el mes en que más creemos tener control total sobre
nuestras decisiones, pensamos que manejamos nuestros gastos, que podemos desconectarnos
cuando queramos y que solo compramos lo necesario. Pero la neurociencia y la economía del
comportamiento muestran que, especialmente en entornos digitales, nuestras decisiones pueden
estar más influenciadas de lo que imaginamos.
El estudio “Más allá de la ilusión de la elección: Cómo potenciar nuestras decisiones de
compra por encima de la IA y los algoritmos”, elaborado elaborado por Daniel Carles, experto de
BIU University Miami explica que la mayoría de nuestras elecciones digitales están moldeadas por
sistemas que anticipan nuestras necesidades incluso antes de que podamos formularlas. No se
limitan a mostrarnos opciones, crean el entorno emocional y cognitivo donde tomaremos la
decisión.
Diciembre es el escenario perfecto para que esto ocurra. Estamos emocionados por las
celebraciones de fin de año, buscamos gratificación, nos sentimos con “permiso” para gastar y
consumimos más contenido que en cualquier otro mes. Ese cóctel emocional vuelve al usuario más
impulsivo, y es ahí cuando la economía de la atención opera con mayor precisión. Las plataformas lo
saben, y despliegan toda su estrategia.
Los datos lo confirman. McKinsey muestra que la personalización algorítmica incrementa los ingresos
del ecommerce entre un 10% y 15%, llegando al 25% en algunos casos. Epsilon revela que el 80%
de los consumidores tiene más probabilidades de comprar cuando una marca personaliza su
experiencia. Salesforce demuestra que los anuncios personalizados triplican el ROI (retorno de la
inversión), y Evergage indica que el 92% de los especialistas en marketing ve una mejora
contundente en las conversiones gracias a la personalización. No es casualidad que el personalizar
funciona porque reduce la fricción y desactiva nuestro pensamiento crítico.
Cada recomendación es una predicción. Cada clic afina ese modelo. Barilliance afirma que el 31% de
los ingresos del ecommerce provienen exclusivamente de recomendaciones algorítmicas. Adobe
señala que el 51% de la Generación Z y los millennials esperan que las marcas anticipen sus
necesidades sin preguntar. Esto invita a preguntarnos hasta qué punto seguimos eligiendo libremente
y hasta qué punto delegamos parte de esa elección a sistemas diseñados para anticiparse a
nosotros.
El correo electrónico hipersegmentado tampoco es inocente, Experian muestra que los correos
hiperpersonalizados generan 6 veces más transacciones que los genéricos. Incluso la
infraestructura digital está diseñada para empujarnos el 70% de las visitas de ecommerce se hace
desde el celular, el dispositivo más ligado a compras impulsivas. Y basta que un sitio pase de 1 a 3
segundos en cargar para que la tasa de rebote aumente un 32%, por eso, las plataformas invierten

millones en que no tengamos tiempo para pensar, comparar o dudar.
El estudio de Daniel Carles señala un punto clave, el verdadero peligro no es perder el control,
sino creer que todavía lo tenemos. Cuando la experiencia es fluida, personalizada y conveniente,
dejamos de preguntarnos quién diseñó esa comodidad. La ilusión de elección funciona porque
parece natural.
Diciembre amplifica esa ilusión. Nos sentimos más emocionales, más permisivos y más expuestos.
Amazon parece “adivinar” nuestros deseos, Netflix nos empuja a ver un episodio más, TikTok ajusta
contenido según nuestras microexpresiones y Spotify nos dirige por playlists que creemos descubrir,
pero que responden a modelos predictivos. Como explica Shoshana Zuboff en el estudio realizado
por Carles, “vivimos en un sistema que convierte nuestra conducta en materia prima para anticipar
nuestro siguiente paso con más precisión que nuestra propia memoria.”
El problema no es usar estas plataformas. El problema es creer que la experiencia es neutral.
Kahneman lo advertía, la mayoría de nuestras decisiones son rápidas, automáticas y emocionales,
no racionales. Los algoritmos están diseñados para activar justo ese sistema impulsivo, el que
responde a la dopamina del “clic ahora”. Cuanto más creemos decidir, más fácil es dirigirnos.
Pero hay una salida. Según el estudio, la autonomía se recupera con interrupciones pequeñas pero
poderosas, esperar 24 horas antes de comprar, desactivar el autoplay, buscar manualmente en lugar
de aceptar recomendaciones, introducir azar en nuestras elecciones. Cada pequeña pausa introduce
ruido en el algoritmo y recupera parte del control.
El verdadero desafío de diciembre no es no gastar más, sino asumir que nuestras decisiones pueden
estar más influenciadas de lo que creemos. Recuperar parte del control requiere pequeñas pausas
conscientes que nos permitan decidir desde la intención, no desde la inercia. Como afirma Daniel
Carles, “En diciembre compramos porque celebramos, pero también porque las plataformas
reconocen nuestros momentos de mayor vulnerabilidad. La libertad digital no consiste en evitar la
tecnología, sino en aprender a usarla con intención.”

Acerca de BIU University
El enfoque de aprendizaje en Broward International University (BIU), guiado por un equipo de profesores
expertos, combina clases sincrónicas y asincrónicas para ofrecer una experiencia educativa completa. Este
enfoque integra una amplia variedad de herramientas dialógicas y de debate, incluyendo foros de discusión,
proyectos y tareas tanto grupales como individuales, chats semanales y sesiones regulares de video en tiempo
real. Además, se utilizan estudios de casos y aprendizaje basado en proyectos, así como simulaciones.
De este modo, los estudiantes disfrutan de un ecosistema de aprendizaje enriquecedor que les permite
interactuar con diferentes formatos y dinámicas del mundo empresarial real. Esta metodología no solo fomenta
la colaboración y el pensamiento crítico, sino que también prepara a los alumnos para enfrentar los desafíos del
entorno laboral actual.


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