A 25 años de la Resolución 1325: 9 de cada 10 procesos de paz en el mundo no tienen negociadoras
Written by Jose de Jesus Prieto on 05/11/2025
De acuerdo con datos del informe sobre las Mujeres, la Paz y la Seguridad, del
Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, 676 millones de
mujeres viven cerca de conflictos mortales (el nivel más alto desde 1990). La
violencia sexual ligada a conflictos subió un 87% en dos años.
Las mujeres representan solo el 7% de los negociadores y el 14% de los
mediadores globales.
El gasto militar mundial superó los 2,7 billones de dólares en 2024, mientras que
las organizaciones de mujeres en zonas de conflicto solo recibieron el 0,4% de la
ayuda.
Bogotá, octubre 2025. Estas cifras son difundidas este mes de octubre cuando el mundo
conmemora el 25º aniversario de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, así como los 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Ambos hitos
marcaron un antes y un después al reconocer que la paz duradera depende de la participación
plena, igualitaria y significativa de las mujeres en la prevención, resolución de conflictos y
procesos de reconstrucción.
Sin embargo, un cuarto de siglo después, la promesa está lejos de cumplirse. La comunidad
internacional ha reiterado su compromiso con la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, pero los
últimos años han mostrado estancamiento e incluso retrocesos. Un factor clave que socava los
avances es la creciente reacción negativa contra los derechos de las mujeres y la igualdad de
género. La disminución del apoyo a la diplomacia y la proliferación de conflictos y armas ponen
en riesgo los avances logrados.
La paz no puede seguir entendiéndose únicamente como ausencia de guerra. Es un concepto
integral que exige justicia social, derechos humanos y desarrollo sostenible. La verdadera paz
requiere abordar las causas profundas del conflicto con soluciones sostenibles y sensibles al
género, donde las mujeres estén en el centro de la formulación de políticas.
Al respecto, Maria Inés Salamanca Vidak, representante país a.i. de ONU Mujeres en
Colombia, comentó que “veinticinco años después de la Resolución 1325, necesitamos
voluntad política y recursos para que la participación de las mujeres en la paz y la seguridad
sea una realidad, y para revitalizar el multilateralismo y el derecho internacional frente a la
creciente escalada de conflictos y armas que amenaza la paz y los derechos de las mujeres y
las niñas”.
El momento es ahora: invertir capital político y recursos financieros no da espera. La vida de
millones de mujeres constructoras de paz, defensoras de derechos humanos y organizaciones
locales depende de que se cumpla una verdad contundente: cuando las mujeres lideran, la
paz llega.
Colombia: de la promesa global al compromiso nacional
Colombia ha asumido un rol clave en este escenario. El país dio un paso histórico al incluir más
de 100 medidas de género en el Acuerdo Final de Paz, convirtiéndose en referente
internacional del cumplimiento de la Resolución 1325. Estas disposiciones son una expresión
concreta de la agenda Mujeres, Paz y Seguridad, y su implementación plena es una obligación
ética, política y jurídica.
La Embajadora de Suecia en Colombia, Maria Cramér, indicó que "Colombia ha dado un paso
fundamental al diseñar su primer plan de acción para implementar la Resolución 1325. Este
avance demuestra el compromiso del país con la inclusión de mujeres y niñas en sus políticas
de seguridad y paz. Esto es solo el comienzo. Este plan debe traducirse en acciones concretas
que garanticen su participación activa y significativa en los procesos de paz. Desde Suecia,
apoyamos firmemente este esfuerzo, porque creemos que una paz sostenible y duradera solo
es posible cuando incorpora plenamente las voces y perspectivas de las mujeres, las
adolescentes y las niñas”.
Implementar el Acuerdo Final y el reciente primer Plan de Acción de la resolución 1325 en el
país, no es solo cumplir compromisos: es dignificar la vida, proteger los territorios y transformar
las estructuras que perpetúan la violencia. La hoja de ruta está trazada: las más de 100
medidas de género del Acuerdo y las 105 acciones del Plan de Acción Nacional de la
Resolución 1325 no pueden seguir postergándose.
Un plan histórico: el Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325 (PAN1325) en
Colombia
Adoptado tras más de dos décadas de espera y con la participación de más de 1.500 mujeres,
el PAN1325 constituye una deuda histórica saldada con las colombianas. Este instrumento de
planificación feminista, interseccional y territorial transforma la noción tradicional de seguridad
en una apuesta por la dignidad y la justicia. El PAN1325 es el instrumento articulador de las
políticas públicas de género de la agenda de mujeres, paz y seguridad en el país, con un
horizonte de paz completa y con enfoque de seguridad humana feminista. Sus siete líneas
temáticas —desde la participación política, la autonomía económica, la salud integral y la
justicia, hasta la defensa del territorio, la movilidad humana y la vida libre de violencias— son
reflejo de las múltiples formas en que las mujeres construyen y sostienen la paz.
La implementación del PAN1325 requiere voluntad política, recursos y seguimiento. Con 105
acciones, 33 entidades responsables, indicadores, metas y presupuestos definidos, su éxito
dependerá de la articulación interinstitucional, el monitoreo participativo y el respaldo
internacional.
Lo que está en juego
Colombia tiene hoy la oportunidad de convertirse en referente mundial de una paz feminista y
transformadora. Cumplir con lo pactado en el Acuerdo Final y con la Resolución 1325 permitirá
al país demostrar que la paz se construye con las mujeres en el centro, desde los territorios y
con justicia social.
El mensaje es claro: la paz no puede esperar. Garantizar la participación plena de las mujeres
en cada negociación, proceso de implementación y política pública es asegurar que la paz
llegue con raíces profundas. Porque cuando las mujeres lideran, la paz llega.