Así puede medir y reducir su huella de carbono desde casa. Es fácil y rápido, le contamos cómo hacerlo
Written by Jose de Jesus Prieto on 20/09/2025
El cambio climático ya no es una amenaza futura: golpea de lleno a Colombia. El Índice
INFORM 2025 ubica al país en riesgo alto, con gran exposición a desastres naturales y
limitada capacidad de respuesta. La evidencia es clara: en 2024 las lluvias afectaron a más
de 46.000 familias en 27 departamentos, desplazaron a 90.000 personas y causaron daños
por el 2,5 % del PIB.
El retroceso glaciar confirma la gravedad. Según el Ministerio de Ambiente, Colombia
ha perdido el 90 % de su masa de hielo y hoy apenas conserva 33 km². En 2024
desapareció el glaciar Conejeras, en el Nevado Santa Isabel. A esto se suman las
emisiones: el país liberó 200 millones de toneladas de CO₂ equivalente, el 0,43 % de las
emisiones globales, con una huella de 3,9 toneladas per cápita, suficiente para agravar la
crisis si no se transforman los hábitos de consumo.
En este escenario, actuar desde casa no es simbólico, es urgente. “Cada acción cuenta, y
lo que hacemos en casa tiene un efecto acumulativo enorme”, advierte Catalina
Quintero Ferrer, docente de la especialización virtual en Gestión Ambiental de
Areandina, quien propone una guía práctica y accesible para medir y reducir la huella de
carbono.
5 pasos básicos para medir nuestra huella de carbono
Existen calculadoras gratuitas en internet que ofrecen un estimado con información básica,
pero cualquier persona puede empezar por revisar estos aspectos de su rutina:
1. Consumo de energía eléctrica: verifique el valor en su recibo mensual. En
Colombia, el 62 % proviene de hidroeléctricas, que generan menos emisiones que las
termoeléctricas. Si tiene acceso a energías renovables, su impacto será aún menor.
2. Uso de gas natural: estufas y calentadores funcionan con este combustible fósil,
que eleva la huella del hogar.
3. Combustibles de transporte: cada litro de gasolina o diésel quemado libera
CO₂. Entre más trayectos en carro particular, mayor es el aporte a las emisiones.
4. Dieta y carne de res: la ganadería bovina es una de las principales fuentes de
metano y óxido nitroso en el país. Reducir su consumo ayuda a bajar la huella de
inmediato.
5. Origen de los productos: cuanto más lejos viajen los alimentos y artículos,
mayor será el impacto de transporte. Comprar local reduce emisiones y apoya la economía
cercana.
Según Quintero, “calcular la huella es como ponerle lupa a la vida cotidiana: permite ver
qué hábitos contaminan más de lo que imaginamos y cuáles podemos transformar con
facilidad”.
Prácticas simples para comenzar a reducir su impacto desde hoy
Tres cambios sencillos pueden generar resultados inmediatos: comprar en mercados
campesinos para disminuir la huella del transporte, aprovechar los electrodomésticos hasta
el final de su vida útil en lugar de reemplazarlos por moda y moderar el consumo de
carnes rojas, sustituyéndolas por proteínas como pollo, pescado, huevos o legumbres.
El manejo de la energía también es clave. La docente de Areandina recomienda:
Adoptar alternativas renovables: desde cargadores solares para celulares
hasta paneles pequeños.
Elegir electrodomésticos eficientes: los equipos con sello de bajo consumo
reducen tanto la factura como las emisiones.
Dar mantenimiento periódico: neveras y lavadoras en buen estado consumen
menos energía.
Usar el gas con responsabilidad: duchas más cortas y control de la cocción
ayudan a reducir emisiones.
Los hábitos cotidianos refuerzan estos cambios: moverse en bicicleta o a pie cuando sea
posible, preferir productos orgánicos que no dependen de fertilizantes químicos y consumir
alimentos locales de temporada son decisiones que suman a la reducción de emisiones.
No hay duda, Colombia enfrenta una coyuntura crítica. Mientras el país avanza en
compromisos internacionales de reducción de emisiones, los expertos coinciden en que sin
cambios en los hogares la meta será difícil de cumplir. Reducir la huella de carbono desde
casa no es un gesto simbólico: es una necesidad urgente. Cada ducha más corta, cada
compra local y cada trayecto en bicicleta se convierten en pequeñas victorias frente al
cambio climático.