Anuario de Seguridad de América Latina 2025: El crimen organizado redefine la seguridad en la región
Written by Jose de Jesus Prieto on 01/09/2025
● El análisis desarrollado por Prosegur Research advierte que las redes criminales, cada vez más
sofisticadas y transnacionales, avanzan en la región con fuerte impacto social, económico e
institucional.
● Colombia continúa siendo uno de los países más golpeados por la criminalidad organizada.
● A nivel regional, ante las limitaciones del Estado para garantizar la seguridad pública, la seguridad
privada ha registrado un sostenido crecimiento en las últimas décadas.
● Ante las limitaciones del Estado para garantizar la seguridad pública, la seguridad privada ha
registrado un sostenido crecimiento en las últimas décadas.
● Se estima que hay aproximadamente 4 millones de guardias de seguridad privada en la región.
Bogotá, Colombia – 1 de septiembre 2025.- América Latina se consolidó como la región más violenta
del mundo en términos de homicidios, con el 33% de los asesinatos globales concentrados en países que
albergan menos del 10% de la población mundial. El Anuario de Seguridad de América Latina 2025,
desarrollado por Prosegur Research, revela cómo el crimen organizado ha evolucionado en escala,
estructura y capacidad operativa, expandiéndose a través de fronteras y diversificando sus actividades
ilícitas.
Colombia continúa siendo uno de los países más golpeados por la criminalidad organizada. En 2024 se
superaron las 230.000 hectáreas de coca cultivadas, muchas en zonas controladas por disidencias de las
FARC, el ELN y el Clan del Golfo. La tasa de homicidios asciende a 25,7 por cada 100.000 habitantes, y
ocho ciudades colombianas figuran entre las más violentas del mundo. El crimen se ha fragmentado y
adaptado: estructuras pequeñas disputan territorios con extrema violencia, mientras se expanden otras
actividades ilícitas como la minería ilegal, la extorsión y el contrabando en zonas fronterizas.
Escenario complejo
A nivel regional el informe alerta que América Latina vive un escenario complejo marcado no solo por el
aumento de la violencia en varios países impulsado por el crimen organizado y las economías ilícitas,
sino también por la debilidad institucional y las limitaciones presupuestarias que dificultan estrategias
sostenidas de prevención y control.
Diversos expertos convocados a participar de este informe señalan que las estrategias para combatir el
crimen deben ser integrales, combinando acciones de represión con políticas de prevención, desarrollo
social y fortalecimiento institucional, así como la necesidad de políticas diferenciadas según el tipo de
grupo criminal, la mejora de la cadena de seguridad pública —policía, justicia y sistema penitenciario—, y
una mayor cooperación internacional para enfrentar redes ilícitas que operan más allá de las fronteras.
Seguridad Privada un apoyo esencial
El avance de la criminalidad impacta también a la economía: las empresas afrontan crecientes riesgos de
robos, fraudes, extorsiones y ataques a la logística. Por ejemplo, en Colombia, la tasa de homicidios y la
extorsión se ha convertido en una amenaza diaria para el comercio formal, y las organizaciones se ven
obligadas a cancelar rutas, frenar inversiones o asumir altos costos en medidas de seguridad.
Por tanto, el crimen organizado y la violencia tienen un impacto económico importante, obligando a
adoptar acciones y destinar recursos para proteger la actividad empresarial y garantizar la continuidad
operativa. En este contexto, la seguridad privada se ha convertido en un actor de apoyo esencial,
complementando el trabajo de las fuerzas públicas y cubriendo áreas donde la respuesta estatal es
insuficiente.
En línea con ello, el Anuario de Seguridad de América Latina 2025 señala que- según el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)- el número de agentes de seguridad privada en América Latina
supera con creces al de las fuerzas policiales en muchos países. Se estima que hay aproximadamente 4
millones de guardias de seguridad privada en la región, en comparación con 2.4 millones de policías. Este
crecimiento convierte al sector en un complemento clave de la seguridad pública, aunque plantea el
desafío de avanzar hacia regulaciones claras, estándares profesionales y mecanismos de fiscalización
eficaces.
En conjunto, el informe advierte que el reto para América Latina no es contener la expansión del crimen
organizado, sino construir sistemas de seguridad más integrales, legítimos y resilientes que fortalezcan la
confianza ciudadana y la gobernabilidad democrática.
Para acceder al informe completo, ingresa a: https://www.prosegurresearch.com/blog/insights/anuario-
de-seguridad-america-latina
Sobre Prosegur
Prosegur es un referente global del sector de la seguridad privada. A través de sus tres líneas de negocio, Prosegur Security,
Prosegur Cash y Prosegur Alarms, proporciona a empresas y hogares una seguridad de confianza basada en las soluciones
más avanzadas del mercado. Con una presencia global, Prosegur facturó 4.198 millones de euros en 2019, cotiza en las
bolsas españolas bajo el indicador PSG y cuenta en la actualidad con un equipo de más de 160.000 empleados.
La compañía canaliza su acción solidaria a través de la Fundación Prosegur que, con 31.111 beneficiarios en 2019, trabaja
en cuatro ejes de actuación: educación, inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual, voluntariado
corporativo y fomento de la cultura.
Para obtener más información visite www.prosegur.com