Hepatitis: la cara menos vista del exceso de alcohol

Written by on 21/07/2025

En el Día Mundial de la lucha contra esta enfermedad, Mayo Clinic advierte sobre el
aumento del tipo de hepatitis alcohólica, especialmente en jóvenes, por consumo
excesivo de bebida en cortos periodos de tiempo, conocido como “atracones de alcohol”.
Bogotá D.C., julio de 2025. El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en
Colombia y el mundo. En el país, según la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de
Sustancias Psicoactivas del DANE, el 84% de las personas de 12 a 65 años han consumido
alguna vez en su vida, 54.5% consumieron el último año y el 35%, en el último mes,
declarándose consumidores frecuentes.
Si hablamos de excesos, 1.461.000 colombianos presentan un consumo riesgoso de alcohol
y 995.000 personas ya tienen patrones de dependencia. Este consumo excesivo puede
dañar el cuerpo de muchas maneras; una de ellas es generando una hepatitis alcohólica.
"El alcohol puede causar daño hepático, produciendo una hinchazón o inflamación del
hígado que destruye sus células. Y en algunas personas que beben en exceso, puede
provocar complicaciones importantes.", dice el Dr. Andrew Keaveny, hepatólogo
especializado en trasplantes en Mayo Clinic.
El signo más común de hepatitis alcohólica es la coloración amarillenta de la piel y la parte
blanca de los ojos, llamada ictericia. Otros síntomas pueden ser: Pérdida del apetito;
Náuseas y vómitos; Sensibilidad en el vientre; Fiebre, a menudo baja; Cansancio y
debilidad; Acumulación de líquido en el abdomen, llamada ascitis; Sentir confusión y
actuar de manera extraña debido a una acumulación de toxinas (un hígado sano
descompone estas toxinas y las elimina).
Factores de riesgo
La hepatitis alcohólica suele ocurrir en personas que beben en abundancia durante
muchos años. Sin embargo, el vínculo entre el consumo de alcohol y la hepatitis alcohólica
no es simple. No todas las personas que beben en exceso desarrollan hepatitis alcohólica.
Y algunas personas que beben mucho menos, sí se ven afectadas por la enfermedad.
No se sabe exactamente cuánto alcohol se necesita para que se produzca la hepatitis
alcohólica. La mayoría de las personas con esta afección han consumido al menos siete
tragos al día durante 20 años o más. Esto puede significar siete copas de vino, siete
cervezas o siete tragos de licores. Sin embargo, la hepatitis alcohólica puede afectar a
personas que beben menos y presentan otros factores de riesgo, como:
● Género. Las mujeres parecen tener un mayor riesgo de contraer hepatitis
alcohólica. Esto podría deberse a la forma en que el alcohol se procesa en el cuerpo
de las mujeres.
● Obesidad. Las personas que beben en exceso y que tienen sobrepeso podrían
tener más probabilidades de contraer hepatitis alcohólica. Además, es más
probable que desarrollen cicatrices en el hígado.
● Genes. Algunos estudios sugieren que los genes podrían estar implicados en la
enfermedad hepática inducida por el alcohol.

● Raza y origen étnico. Las personas de piel negra e hispanas podrían tener un
mayor riesgo de contraer hepatitis alcohólica.
● Consumo compulsivo de alcohol. Tomar cinco o más tragos en aproximadamente
dos horas para los hombres y cuatro o más para las mujeres podría aumentar el
riesgo de hepatitis alcohólica.
Cada vez más frecuente en jóvenes, y más rápido
“Existe una afección llamada hepatitis alcohólica aguda, donde el alcohol desencadena
un proceso inflamatorio casi inmediato en el hígado, y los pacientes pueden enfermarse
seriamente, muy rápidamente, con síntomas repentinos que pueden incluir ictericia,
confusión, náuseas y vómitos.”, dice el Dr. Andrew Keaveny, de Mayo Clinic.
“Algunos de los casos más trágicos de enfermedad hepática relacionada con el alcohol
que recibimos ahora son de personas jóvenes que consumen en exceso o que hacen
‘atracones’ de alcohol.”, señala el especialista.
¿Cómo se trata?
Debe dejarse de beber alcohol para siempre. Es la única manera en la que puede llegar a
revertirse el daño al hígado o evitar que la enfermedad empeore. Las personas que no
dejan de beber alcohol probablemente sufran problemas de salud mortales.
Pueden utilizarse ciertos medicamentos, pero que tienen eficacia limitada y algunos
riesgos. El siguiente paso podría ser un trasplante. “Consideramos a los pacientes para
trasplante de hígado en casos de hepatitis alcohólica. Esto requiere una evaluación muy
cuidadosa de múltiples factores: médicos, sociales y psicológicos, para determinar si son
elegibles para un trasplante hepático.”, concluye el Dr. Keaveny.
Si no hay un tratamiento y/o no se detiene la ingesta de alcohol, la acumulación de toxinas
(que no pudieron ser procesadas por el hígado) puede dañar el cerebro, lo que se conoce
como encefalopatía hepática. Esto puede provocar estado de coma y finalmente la
muerte.
También se puede generar una formación de cicatrices irreversibles en el hígado,
conocido como cirrosis, y generar daño irreversible también en los riñones, con una
insuficiencia renal que puede desembocar en la necesidad de diálisis o de otro trasplante
adicional.
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