BBVA Fiduciaria aportará los recursos para su intervención Restauración de los páramos en Santander impactará a más de 20.000 personas

Written by on 22/06/2025

 

En lo más alto de la cordillera oriental, donde nacen las fuentes de agua que abastecen a
miles de personas, un nuevo esfuerzo de conservación comienza a tomar forma. Dos
ecosistemas estratégicos —el Páramo del Almorzadero y el Páramo de Santurbán— serán
intervenidos con acciones de restauración que buscan proteger una de las riquezas
naturales más importantes de Colombia: sus páramos.

Colombia alberga el mayor número de páramos del mundo, ecosistemas esenciales que
proveen cerca del 70% del agua potable del país. Su cuidado no es solo una responsabilidad
ambiental, sino una necesidad urgente para garantizar la seguridad hídrica de millones de
colombianos. Con esta visión, BBVA Fiduciaria desarrollan nuevas estrategias de intervención
en territorios clave de Norte de Santander, específicamente en los municipios de Chitagá y
Cácota, donde habitan más de 20.000 campesinos, donde se implementarán acciones de
restauración en los Páramo del Almorzadero y el Páramo de Santurbán.
“Esta iniciativa que anunciamos hoy para Santander es un paso más hacia la conservación de
un recurso vital como lo es el agua y se enmarca en nuestro compromiso por contribuir a la
construcción de un mundo más sostenible e inclusivo. Esta intervención que beneficiará a más
de 20.000 habitantes de la zona de los páramos en Santander es posible gracias a la unión
con organizaciones ambientales como Biocuenca y a los recursos que destinamos a través del
Fondo Páramo, una alternativa de inversión donde destinamos el 25% de la comisión de
administración para financiar directamente este tipo de intervenciones” dijo Mauricio
Wandurraga, presidente de BBVA Fiduciaria.
Restaurar lo esencial: agua, biodiversidad y comunidad
El proyecto contempla la conservación de ocho hectáreas de páramo y la restauración activa de
otras dos, mediante la siembra de 1.200 árboles nativos. También incluye jornadas de

 

educación ambiental dirigidas a habitantes de la región con el objetivo de fortalecer la conciencia
comunitaria frente a los efectos del cambio climático y la deforestación.
Durante el año 2024, una iniciativa similar ya había sido implementada en Santander, en los
municipios de Suratá, Charta y Tona, con la siembra de 1.800 árboles de 12 especies nativas.
Estudios hidrológicos estiman que las hectáreas restauradas pueden llegar a regular entre 1.500
y 3.000 metros cúbicos de agua al año, beneficiando de forma directa la cuenca del río Tona,
vital para el abastecimiento de Bucaramanga y su área metropolitana.
Una oportunidad para sumar esfuerzos
“Este tipo de proyectos no solo fortalecen la resiliencia ecológica del país, sino que evidencian el
potencial transformador de alianzas entre comunidades, organizaciones especializadas y
sectores que encuentran en la sostenibilidad un camino legítimo de impacto. Nuestra
contribución, a través del Fondo Páramo, busca ser parte de una solución estructural, desde el
territorio y es una invitación abierta a seguir construyendo desde la acción. Porque cuidar el
agua no es una tarea futura: es una urgencia del presente”, puntualizó Wuandurraga.


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