80 artistas, 98 obras a subasta en Bogotá. Arte Colombiano y Latinoamericano Moderno y Contemporáneo
Written by Jose de Jesus Prieto on 22/05/2025
Jueves 29 de mayo. Arte Colombiano y Latinoamericano Moderno y Contemporáneo
- En Bogotá Auctions, primera casa de subastas del país, Calle 70 # 10 A – 59 , exposición de las piezas, abierta al público, entrada sin costo. Lunes a viernes de 11 am a 6 pm y sábados de 11 am a 5 pm. El jueves 29 de mayo, a las 8:00 pm, será la subasta.
- Fernando Botero, Alejandro Obregón, Juan Antonio Roda, Beatriz González, Emma Reyes, David Manzur, Débora Arango, Carlos Jacanamijoy, Miler Lagos Maripaz Jaramillo, Luis Caballero, Santiago Cárdenas, Delcy Morelos, Édgar Negret, Lucas Ospina, Ómar Rayo, Saturnino Ramírez, Miguel Ángel Rojas, Carlos Rojas, Antonio Caro, Eduardo Ranírez Villamizar, Gonzalo Ariza, Enrique Grau, María Teresa Hincapié, Marlene Hoffmann, Jim Amaral, Hernán Díaz, Fernell Franco, Pedro Ruiz, Andrés de Santamaría, Freda Sargent, Manuel Hernández, Ana Mercedes Hoyos, entre otros maestros de la plástica.
- Dos obras muy especiales de Fernando Botero: “Alberto”, 1951 un lienzo, de innegable fuerza expresiva que pintó cuando tenía solamente 19 años y Proyecto mural no ejecutado, realizado por el maestro en 1961 en Nueva York.
El próximo jueves 29 de mayo, a las ocho de la noche, Bogotá Auctions subastará 98 piezas de arte moderno y contemporáneo Colombiano y Latinoamericano, de ochenta prestigiosos artistas plásticos. El catálogo reúne una cuidadosa selección de obras de distintas décadas de los siglos XX y XXI, firmadas por estos grandes maestros del arte nacional y, en algunos casos, internacional.
“En la sección dedicada al paisaje – género muy transitado en Colombia durante la primera mitad del siglo XX, pero con importantes continuadores en la segunda mitad y en lo que va del siglo XXI– se destacan un icónico paisaje con nubes de Gonzalo Ariza, un cálido atardecer campestre, como trasfondo de un retrato de mujer, realizado por el maestro antioqueño Marco Tobón Mejía, conocido principalmente como escultor, pero que también fue pintor, y una selva de gran formato de Pedro Ruiz, en la que la majestuosidad de la selva se mezcla con elementos oníricos.
En el ámbito del bodegón, uno de los géneros tradicionales de la pintura, sobresalen unas expresivas frutas rojas de Andrés de Santa María, pionero del arte moderno en Colombia; un pez colocado en una bandeja frente a una marina de la cartagenera Cecilia Porras; unos pescados sobre la mesa de Ignacio Gómez Jaramillo, muy logrados por encuadre, composición y cromatismo; y unos jarrones con flores de Alejandro Obregón y Freda Sargent, cuya yuxtaposición revela un diálogo entre estos dos artistas, que en una época fueron también esposos”, afirma Alessandro Armato, director del Departamento de Arte de Bogotá Auctions.
Los grandes maestros del modernismo están presentes a través de piezas particularmente representativas. “Se incluye una escultura pieza única de Édgar Negret titulada Puente (1977); una icónica escultura en hierro oxidado de Eduardo Ramírez Villamizar; un pastel de corte geométrico y abstractiva de la segunda mitad de los cincuenta de Enrique Grau, correspondiente a su época más internacional; una de las célebres mojarras de Alejandro Obregón; y dos obras de Fernando Botero: un óleo de su primera época, que retrata un sujeto campesino con notable fuerza expresiva y colorista, y un estudio en grafito sobre lienzo de 1961 para un mural que nunca se realizó”.
Entre la segunda generación de modernistas colombianos se cuentan tres trabajos de David Manzur, “correspondientes a tres momentos distintos de su trayectoria: un carboncillo de los años cincuenta, que revela ya sus grandes dotes de dibujante, una pieza abstracta de los sesenta, y uno de sus carboncillos de corte onírico de la época madura. Se suma una pieza constructiva de Carlos Rojas, perteneciente a la serie Ensamblajes mutantes; un lienzo geométrico de Omar Rayo; y un conjunto de trabajos neo figurativos de artistas como Luis Caballero, Carlos Granada, Norman Mejía y Pedro Alcántara, que permiten apreciar distintas aproximaciones a la figura humana y a la expresión del cuerpo.
Dos joyas de la subasta son, una pintura de gran formato de Luis Roldán, de la serie Parque de la Independencia, y un cuaderno autógrafo de Antonio Caro, fechado en 1982”.
De acuerdo con Charlotte Pieri, directora general de Bogotá Auctions, “las artistas mujeres están representadas por trabajos emblemáticos de Marlene Hoffmann, Emma Reyes, Beatriz González, Maripaz Jaramillo, Ethel Gilmour, María Teresa Negreiros y María Teresa Hincapié, junto a las ya mencionadas Cecilia Porras y Freda Sargent, conformando así un panorama sólido y diverso del aporte femenino al arte colombiano de los siglos XX y XXI”.
Una sección especial está dedicada a los llamados “primitivos”, con obras, entre otros, de María Villa, Noé León y Leonora Alarcón, cuyas piezas aportan una visión personal, intuitiva y profundamente expresiva del mundo popular.
“En el campo de la fotografía, se destaca un trabajo del maestro Fernell Franco, así como un registro de performance de María Teresa Hincapié, figura clave del arte de acción en Colombia. Entre las propuestas más contemporáneas cabe resaltar la presencia de trabajos representativos de artistas cada vez más consolidados como Alejandro Sánchez, Lucas Ospina y Miler Lagos”, puntualizó Pieri.
Desde cualquier parte de Colombia y del mundo es posible participar en la subasta. Todos los interesados pueden apreciar las obras de manera presencial en la sede de Bogotá Auctions, en la Calle 70 # 10 A – 59, a través del link con el recorrido virtual https://drive.google.com/drive/folders/1CcGts40-p6Ca4boFLKBgVQD3Tt8P4fEp?usp=drive_link o en la página web www.bogotaauctions.com.
La invitación al público es a visitar la exposición de las obras para que, como dice Alessandro Armato, “descubran un panorama variado y se acerquen a piezas que nunca han salido al mercado antes: es la oportunidad de descubrir obras que estaban en manos privadas, nunca vistas antes”. Cabe resaltar: la exposición de estas piezas con increíbles valores histórico artísticos es gratuita!. Lunes a viernes de 11 am a 6 pm y sábados de 11 am a 5 pm. El jueves 29 de mayo, a las 8:00 pm, será la subasta.
Fernando Botero. Alberto, 1951
Por Alessandro Armato, Director del Departamento de Arte de Bogotá Auctions
“Alberto” es un lienzo que Fernando Botero pintó como autodidacta en 1951, cuando tenía solamente 19 años. Posiblemente, la obra formó parte de ese evento casi legendario que fue su primera exposición individual en la Galería Leo Matiz de Bogotá, donde logró hacerse notar por el público capitalino, a pesar de no contar aún con un estilo plenamente definido.
Por el pelo negro y crespo, así como por el tono muy oscuro de la piel, la figura retratada aparece fuertemente racializada. Quizás se trate de un sujeto afrodescendiente, lo que sugiere que la obra pudo haber sido pintada también luego de su primera exposición. En particular, podría relacionarse con otro episodio crucial en la biografía del artista: el viaje a Tolú y a las islas de San Bernardo del Viento que realizó a finales de 1951, emulando el célebre viaje de Gauguin a Polinesia. Allí Botero perfeccionó su técnica del óleo y concibió las obras que conformarían su segunda —y aún más exitosa— exposición en la Galería Leo Matiz, celebrada en 1952.
Por otro lado, la camisa blanca y el sombrero del personaje lo connotan socialmente como un hombre de clase humilde: un trabajador, quizás un campesino o un pescador.
Desde el punto de vista formal, se trata de una pieza muy recia, algo tosca, pero de innegable fuerza expresiva. En ella pueden reconocerse algunos rasgos que más adelante caracterizarían al Botero maduro. Por un lado, el personaje posee una presencia casi escultórica: la cabeza de Alberto parece tallada sobre el lienzo; su sombrero y su camisa blanca tienen la solidez de bloques macizos. Por otro lado, destaca un uso expresivo del color, muy evidente especialmente en el fondo, donde se observan modulaciones entre lila y rojo que, en la segunda mitad de la década, reaparecerán en varios lienzos del artista, comenzando por la célebre “Mandolina sobre una silla” de 1957, que se encuentra en la colección del Banco de la República.
La figura de Alberto resulta algo elongada, particularmente por la forma alargada del cuello. Aún está ausente la tendencia a la monumentalización por medio de volúmenes redondeados que se volvería característica de su estilo maduro. Sin embargo, el trabajo sobre las masas y la propensión al volumen ya se hacen evidentes.
Por el tema y el enfoque estilístico, nos encontramos todavía dentro de una perspectiva nacionalista y social, aunque matizada por atisbos de colorismo expresionista, por cierto aire “primitivo” y por la ausencia de denuncias o alegatos políticos. En el horizonte visual e ideológico del joven artista parecen gravitar la pintura mexicana y la de los mexicanistas sui géneris de Colombia, como Pedro Nel Gómez y Alipio Jaramillo. Pero, al observar detenidamente el cuadro, también se advierte un posible diálogo con un célebre grabado realizado en 1949 por Pablo Picasso: “Negro, negro, negro…”, en el que el artista retrató, de forma marcadamente racializada, al poeta martinicano Aimé Césaire, uno de los principales teóricos del movimiento de la negritud, que reivindicaba la identidad cultural y política de los pueblos africanos y afrodescendientes frente al colonialismo europeo.
Que Botero se interesara por Picasso en esa época está documentado: en 1949 escribió un conocido artículo sobre él para El Colombiano (“Picasso y la inconformidad en el arte”, 17 de julio de 1949); además, en algunas obras de esos años aparecen referencias visuales explícitas al maestro español, como la figura de un arlequín, abiertamente picassiana, en “Entierro de carnaval” (1952). De confirmarse esta conexión entre el retrato de Alberto y el Aimé Césaire de Picasso, sería aún más plausible situar esta obra en el marco del viaje de Botero a la costa Caribe.
Fernando Botero. Proyecto mural no ejecutado, 1961
Iglesias, obispos, jinetes, demonios, doncellas, aves… En este boceto para mural que Fernando Botero realizó en 1961 en Nueva York, desfila una larga procesión de las principales figuras y temas que el artista había tratado en los años anteriores, mientras iba consolidando su peculiar monumentalismo antiheroico y humorístico, donde el universo de lo popular es abordado combinando referencias plásticas que van desde el Renacimiento italiano hasta la estatuaria agustiniana, pasando por Picasso y otros referentes del modernismo.
Detrás de este boceto se advierte el eco de obras muy significativas, como La cámara degli sposi (Homenaje a Mantegna), de 1958, Arzodiablomaquia, de 1960, o Escena con jinete (mural para el edificio del Banco Central Hipotecario de Medellín), también de 1960. Pero la pieza que más se le asemeja, tanto por el formato como por la temática, es La vida de Honorio III, un óleo sobre lienzo de 1961 que forma parte de la colección del Hirshhorn Museum de Washington.
Los años comprendidos entre finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta fueron clave para la definición del estilo de Botero. En su esfuerzo por abrirse paso en el sistema artístico de la Gran Manzana, Botero experimentó (de forma temporal) con una neofiguración de corte expresionista, cuya mejor ejemplificación es Mona Lisa niña, una pieza de 1959 que, justamente en 1961, ingresó en la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Sin embargo, lo que resalta en la pieza que presentamos no es la gestualidad dramática propia de la neofiguración, sino más bien la expresión, por medio del dibujo, de una idea plástico-constructiva y de un universo temático profundamente arraigados en las búsquedas anteriores del artista, y destinados —a diferencia del estilo neofigurativo— a permanecer vigentes en la producción posterior del artista.
Responden los voceros de Bogotá Auctions
Alessandro Armato, director del Departamento de Arte y Charlotte Pieri, Directora General
Cuál es la importancia de esta Subasta de Arte colombiano y latinoamericano, moderno y contemporáneo y qué diferencia tiene con subastas anteriores organizadas por Bogotá Auctions?
Alessandro Armato: Es una subasta que no tiene un foco específico sobre una tendencia o un artista pero es una subasta que apuesta a la diversidad de épocas, tendencias, estilos, propuestas… Todas las obras fueron seleccionadas y fundamentadas en los valores histórico- artísticos y en la historia del mercado.
Qué significa para Colombia tener en una Subasta de arte moderno y contemporáneo en el mismo mes en que las grandes casas internacionales como Christie’s y Sotheby´s realizan igualmente subastas en Nueva York? Con Bogotá Auctions Colombia tiene una agenda anual paralela a las prestigiosas firmas que mueven el mercado secundario del arte?
Charlotte Pieri: Son las dos grandes temporadas no solo para estas dos casas de subastas sino para todas las grandes casas en el mundo. Nos acoplamos a este ritmo para las dos subastas principales de arte (pero tenemos programadas subastas todo el año), que es el ritmo internacional, que es el ritmo de los coleccionistas.
80 artistas. 98 obras las de la subasta del 29 de mayo. La exposición de todas las piezas está abierta al público, entrada sin costo, en la sede de Bogotá Auctions en Bogotá y a través de la página web. Seguramente ya hay pujas por las más codiciadas obras, máxime con una “nómina” de artistas tan relevante. Cuáles consideran ustedes que son las obras más apetecidas por los coleccionistas y los inversionistas en arte y por qué?
Alessandro Armato: Para un coleccionista, la obra más apetecida es la que mejor contribuye a enriquecer su colección, entonces depende del foco de la colección. Si es un coleccionista de fotografía será la obra de María Teresa Hincapié y Fernell Franco; si es el arte contemporáneo el foco de atención serán por ejemplo Miler Lagos o Alejandro Sánchez; puede ser la obra de Omar Rayo o la de Carlos Rojas que capte la atención de los coleccionistas de la abstracción geométrica o puede ser el cuadro cubista de Enrique Grau si es una colección modernista… Si hablamos de inversión pura, el objetivo de los coleccionistas se debe enfocar en artistas muy importantes con obras significativas o muy representativas de su trabajo que salen con un precio atractivo: desde los Boteros, hasta el Rayo pasando por los Obregones.
De qué países son los personas que más pujan virtual o telefónicamente en Bogotá Auctions?
Charlotte Pieri: Depende de la especialidad de la subasta, de la nacionalidad de ciertos artistas o de la trascendencia internacional: amplia convocatoria internacional; en Estados Unidos, Europa y otros países latinos
Cuál es “la joya de la corona” de la subasta del 29 de mayo?
Alessandro Armato: Dentro de las que me gustan más están sin duda la obra de Carlos Rojas y el Botero temprano. Sigue el Enrique Grau del 59.
Al parecer en las recientes subastas en Christie´s y en Sotheby´s, las obras de artistas mujeres tuvieron excelente acogida. Esperan igual en Bogotá Auctions? El grupo de obras de artistas mujeres está poderoso!
Charlotte Pieri: Siempre hemos procurado rescatar la memoria de mujeres, y trabajar en pro de su visibilidad y mercado como fue el caso de Emma Reyes y Marlene Hoffman que empezamos a ofrecer en los años 2017, 2018 cuando todavía la mirada no estaba puesta en ellas. Las tendencias y el desarrollo del mercado, tanto en Colombia como en el exterior, han mostrado que nuestro trabajo fue acertado. Hoy en día, Emma Reyes, Marlene Hoffman, Doris Salcedo o Beatriz González tienen una trascendencia internacional, y una atención muy particular está ahora puesta tanto en Freda Sargent como en Maripaz Jaramillo. Todas artistas presentes en nuestra subasta del 29 de mayo.
Cuáles son esas marcadas diferencias entre el arte moderno y contemporáneo y en relación con ellas, qué es lo que actualmente están buscando más los interesados en invertir en arte?
Charlotte Pieri: El arte moderno tiene precios más consolidados, con menor perspectiva de valorización a breve plazo, pero con una solidez a largo plazo. El contemporáneo es más volátil pero en el caso de algunos artistas, ofrece perspectivas de revalorización mucho más grandes, sobre todo si tienen el respaldo de galeristas de renombre.
Cómo funciona y en qué consiste ese cuidado especial del equipo de Bogotá Auctions para no sobrevalorar las obras de arte que ofrece en subasta?
Alessandro Armato: El departamento de arte de Bogotá Auctions basa su trabajo de determinación de los estimados comerciales, no solamente en las características intrínsecas de las obras, sino también en un análisis de un historial de resultados, de la relación oferta-demanda, para hacer un avalúo correcto, sin desmeritar la obra, pero tampoco para sobrevalorarla. Es el mercado mismo el que dicta el precio. Hacemos un trabajo que es difícil, que es mantener el mercado relativamente sano, sin ceder a las lógicas especulativas. Si subimos los estimados es porque el historial de resultados de estas obras o artistas demuestran que se puede; son precios ajustados a la realidad del mercado.
Los especialistas en arte siguen afirmando que 2022 fue un año maravilloso, “efervecente”, para el mercado del arte secundario, imposible de igualar hasta el momento dadas las circunstancias de incertidumbre económica. Sin embargo, también afirman los expertos que este es un “mercado saludable” y sin duda continúa siendo una “inversión rentable” que además de brindar satisfacción al adquirir las obras y disfrute al convivir con ellas, protege el capital de la persona a quien se las adjudican en subasta! Es el arte entonces una inversión tangible, por qué?
Charlotte Pieri: Sin duda alguna el arte es un activo, pero no es una mera acción de la bolsa. Es algo que tiene un disfrute cotidiano, que tiene muchas otras dimensiones. su valor va más allá. Si quien compra disfruta la obra, la obra vale mucho más que su valor económico. Una buena obra de un artista consolidado sigue siendo una inversión económica y una inversión en el disfrute estético o intelectual. Todavía el mercado es efectivamente muy saludable, no está inflado y tiene precios asequibles en Colombia. En el país hay mucho espacio todavía para el crecimiento. Hay un margen de crecimiento de los precios, no estamos todavía al nivel por ejemplo de los mercados mexicanos y brasileros, que tienen niveles de precios más altos.
Las obras que hacen parte de la subasta de Bogotá Auctions este jueves 29 de mayo, son piezas con profundidad histórica, sus autores gozan todos indiscutiblemente de un prestigio notable y la procedencia de cada obra está debidamente comprobada por ustedes, por la casa de subastas. Cómo es el trabajo de ustedes como plataforma para impulsar y motivar al público para que se anime a participar en la subasta?
Charlotte Pieri: Primero que todo, el profesionalismo de la selección, la transparencia de la información (desde el catálogo, la exposición…), la política de mercadeo con las redes. La asesoría que brindamos a la gente también es muy importante, a las personas que simplemente quieren hacer una buena compra ocasional, empezar una colección o a los que ya son coleccionistas consolidados. Nos esforzamos en romper ese pre-concepto ligado al elitismo del arte o la inaccesibilidad, la idea de que en subastas sólo se venden obras a precios muy elevados. También damos garantías sobre la seguridad de las transacciones, unas garantías sobre las obras. Es parte de generar la confianza.