La nueva adicción digital: Dopamina, redes sociales y el declive de la inteligencia emocional
Written by Jose de Jesus Prieto on 21/05/2025
El informe “El nuevo opio del consumidor: Dopamina, redes sociales y el efecto en la Inteligencia Emocional”
expone una alerta sobre los efectos psicológicos del ecosistema digital actual, en el que las marcas, a través del
uso de dopamina, podrían estar deteriorando el bienestar emocional de toda una generación.
Colombia, mayo de 2025 — Hoy en día más del 74 % de los colombianos accede diariamente a
redes sociales y los jóvenes pasan en promedio más de tres horas y media frente a pantallas según
el estudio de We Are Social. Daniel Carles, profesor de Broward International University (BIU)
perteneciente a Planeta Formación y Universidades, expone una advertencia sobre los impactos de
este consumo digital masivo. Según un nuevo análisis académico, el marketing digital
contemporáneo ya no solo vende productos, experiencias o estilos de vida; vende química cerebral.
En este modelo, los contenidos diseñados para disparar estímulos dopaminérgicos están generando
efectos adversos en la salud emocional de los usuarios, desde la fragmentación de la atención hasta
la reducción progresiva de la capacidad de autorregulación emocional.
Una economía basada en dopamina y validación constante
A partir del análisis de investigaciones científicas recientes, el experto de BIU sostiene que “el
sistema de recompensa del cerebro humano está siendo redirigido por las plataformas digitales y las
marcas para maximizar la retención y la respuesta emocional. Esta economía de la atención basada
en recompensas inmediatas se ha vuelto una constante en redes sociales como TikTok, Instagram,
YouTube o Facebook. Las consecuencias son visibles: dificultades para sostener la concentración,
incremento en los niveles de ansiedad, menor tolerancia a la frustración y relaciones interpersonales
más frágiles”.
Además, la regulación emocional es una de las funciones más importantes de la inteligencia
emocional. “No se trata de suprimir lo que sentimos, sino de aprender a reconocerlo, entenderlo y
expresarlo de forma adecuada” afirma Carles. Sin embargo, el ser humano se encuentra en un
entorno donde todo está diseñado para estimular, reaccionar y mantener la conexión sin pausas, y
es ahí donde esa regulación se ve interrumpida. “El problema no es solo cuánto tiempo pasamos en
línea, sino cómo las plataformas están moldeando nuestra manera de sentir y de relacionarnos con
otros” expone Daniel Carles.
La atención fragmentada causa vínculos frágiles
Estudios recientes de la profesora Gloria Mark (2023) advierten que el promedio de atención frente a
una pantalla ha descendido drásticamente de 2.5 minutos en 2004 a tan solo 47 segundos en la
actualidad. Esta capacidad disminuida de concentración no solo afecta el desempeño académico o
laboral; también interfiere con los procesos de reflexión, empatía y construcción de vínculos. Como lo
señala el informe de BIU “la biología del vínculo emocional requiere una interacción multisensorial y
sostenida. El cerebro necesita rostros, voces, pausas, presencia”. Pero nada de eso sucede en un
entorno digital que premia la inmediatez y castiga el silencio.
Las redes sociales, que en un principio generaban conexión y cercanía, hoy pueden estar creando el
efecto contrario. “Estamos transmitiendo versiones optimizadas de nosotros mismos a audiencias
distraídas”, afirma el informe, aludiendo a la forma en que los usuarios moldean su identidad
emocional en función de la validación digital, más que de experiencias auténticas. Esto puede afectar
especialmente a los adolescentes y jóvenes, quienes han crecido en un entorno donde la aprobación
social puede obtenerse o perderse en cuestión de segundos. “Hoy, cualquier adolescente con una
cámara y acceso a internet puede obtener validación social más rápido que el tiempo que tarda en
calentar una taza de café”, señala Carles, en un llamado a cuestionar la calidad emocional de estas
interacciones.
Un llamado a rehumanizar el marketing
Frente a este panorama, el análisis de BIU no se queda en la crítica. Propone una serie de rutas
para que las marcas y los actores del marketing digital puedan redirigir su rol y su impacto hacia la
promoción del bienestar. Esto implica, por ejemplo:
●Rediseñar plataformas que integren principios de neurociencia afectiva
●Medir la calidad del vínculo con el consumidor, más allá del número de clics o impresiones.
●Fomentar espacios digitales donde se valore la desconexión, el silencio y la pausa
emocional como parte del proceso humano.
“Una marca que escucha, que entiende y que acompaña puede construir relaciones duraderas sin
necesidad de manipular”, destaca el informe de la universidad, al resaltar casos como los de
Headspace o Patagonia, que han optado por estrategias de comunicación más éticas, empáticas y
sostenibles.
En el contexto actual hace falta una transformación profunda en la forma en que se conciben las
campañas, se diseñan las plataformas y se mide el éxito de las interacciones. “No basta con captar
atención; hay que cuidar lo que ocurre una vez que la atención es capturada”, concluye Carles, en lo
que parece ser un llamado urgente a repensar los fundamentos del marketing contemporáneo.
Acerca de BIU University
El enfoque de aprendizaje en Broward International University (BIU), guiado por un equipo de profesores
expertos, combina clases sincrónicas y asincrónicas para ofrecer una experiencia educativa completa. Este
enfoque integra una amplia variedad de herramientas dialógicas y de debate, incluyendo foros de discusión,
proyectos y tareas tanto grupales como individuales, chats semanales y sesiones regulares de video en tiempo
real. Además, se utilizan estudios de casos y aprendizaje basado en proyectos, así como simulaciones.
De este modo, los estudiantes disfrutan de un ecosistema de aprendizaje enriquecedor que les permite
interactuar con diferentes formatos y dinámicas del mundo empresarial real. Esta metodología no solo fomenta
la colaboración y el pensamiento crítico, sino que también prepara a los alumnos para enfrentar los desafíos del
entorno laboral actual.