Colaborando para cambiar el rumbo contra el fraude en el sector financiero
Written by Jose de Jesus Prieto on 14/04/2025
Por Rafael Costa Abreu, Director de Planeación de Mercado para América Latina en
LexisNexis Risk Solutions
La confianza de los consumidores y la estabilidad institucional están bajo ataque. ¿Por qué?
Por una simple palabra: fraude.
El fraude está remodelando el sector financiero mundial, introduciendo riesgos que van más
allá de las pérdidas monetarias. Los esquemas sofisticados, como las estafas de pago push
autorizado (APP, por authorized push payment), el fraude de identidad sintética y las vastas
redes de mulas, significan que las instituciones financieras necesitan avanzar (y rápido) en
las protecciones contra el fraude digital.
Una cosa buena que surgió de la pandemia es que obligó a las empresas y a los
consumidores a adoptar una evolución digital acelerada, pero con la aparición de nuevos
tipos de pago más convenientes vienen más riesgos y amenazas complejas.
El fraude en la banca y los pagos no solo pone en peligro los ingresos, sino que amenaza la
confianza fundamental en la que se basan las instituciones financieras. Dado que los
estafadores explotan todos los lugares donde se produce una transacción, las instituciones
deben adoptar estrategias innovadoras y colaborar para garantizar la seguridad sin
sacrificar la comodidad.
Para hacer frente al creciente desafío, las instituciones financieras (IF) necesitan acceso a
información sobre riesgos y a una serie de herramientas de protección para mitigarlos de
manera efectiva. También pueden compartir sus conocimientos con otras organizaciones y
aprovechar las redes de colaboración compartidas. Esto no solo permite a las instituciones
financieras ver señales de riesgo dentro de su propio entorno, sino que también les
proporciona inteligencia de riesgos relacionada con dispositivos, direcciones IP, direcciones
de correo electrónico y otros indicadores fuera de su entorno pero que son organizaciones
similares participantes. Esto ayuda a todos los miembros a mejorar sus evaluaciones de
riesgo de fraude.
El fraude se ha generalizado en el sector financiero, ya que los delincuentes se aprovechan
de los rápidos cambios tecnológicos y la expansión de las huellas digitales. Se espera que
las pérdidas por fraude de APP, donde los delincuentes manipulan a las personas para que
realicen pagos a cuentas fraudulentas, superen los $5.25 mil millones en los EE. UU., el
Reino Unido y la India para 2026. El auge de los sistemas de pago en tiempo real ha
complicado aún más las defensas contra el fraude, proporcionando a los estafadores
herramientas más rápidas para mover fondos ilícitos mientras las instituciones se esfuerzan
por frenar los ataques.
Las identidades sintéticas representan otro problema creciente para las instituciones
financieras. Las pérdidas globales relacionadas con el fraude de identidad sintética ahora se
acercan a los 40 mil millones de dólares, ya que los delincuentes combinan identidades
falsas tanto de datos personales ficticios como robados. Con el aumento de las filtraciones
de datos a nivel mundial, los estafadores están obteniendo acceso a una reserva cada vez
mayor de datos valiosos para elaborar solicitudes de crédito o cuentas convincentes pero
fraudulentas.
Estos problemas se ven agravados por la complejidad operativa de la detección temprana
del fraude en las primeras etapas del recorrido del cliente. La naturaleza global de los
delitos financieros hace que sea particularmente difícil para las instituciones distinguir entre
comportamientos legítimos y sospechosos. Un ataque a un banco a menudo se vincula a
redes más grandes que abarcan industrias y países.
La colaboración como la mejor defensa del sector financiero
La colaboración dentro de una industria y a través de industrias y fronteras ayuda a resolver
desde fraudes simples hasta los más complejos. Las organizaciones criminales están
altamente conectadas en red y son capaces de desplegar estafas a gran escala con
precisión. Para contraatacar, las instituciones financieras pueden trabajar juntas para crear
ecosistemas de defensa igualmente sólidos. Las redes de inteligencia colaborativa están
demostrando ser indispensables para hacer frente a este desafío.
Estas redes permiten a las instituciones financieras compartir información anónima sobre
las señales de riesgo entre clientes, dispositivos y transacciones en tiempo real. Por
ejemplo, la información sobre la actividad de las mulas de una institución puede señalar
signos de actividad fraudulenta en otra, evitando que las estafas aumenten y demostrando
cómo las redes de colaboración permiten que el conocimiento de una institución proteja a
otros miembros de la comunidad.
La tecnología de capas es el enfoque recomendado para combatir el fraude dentro del
sector financiero. Los avances en inteligencia artificial (IA) e inteligencia del comportamiento
están transformando las capacidades de detección y prevención de fraudes para habilitar a
las organizaciones en la detección de patrones, comportamientos y anomalías que, de otro
modo, podrían pasar desapercibidos para los controles de riesgo convencionales.
El análisis impulsado por la IA ha demostrado ser muy prometedor en la detección de
identidades sintéticas. Al examinar cientos de atributos vinculados a una identidad, como el
comportamiento, el uso del dispositivo y las relaciones con otras cuentas, las instituciones
financieras pueden distinguir a los usuarios genuinos de los actores maliciosos. Esto es
especialmente valioso en ecosistemas financieros cambiantes donde las identidades
emergentes, como los usuarios jóvenes o migrantes, reflejan las características de las
identidades sintéticas.
La inteligencia digital, la inteligencia del comportamiento y la vinculación de dispositivos,
que liga el dispositivo móvil de un usuario con su cuenta, tienen un mayor impacto en la
seguridad de las interacciones bancarias móviles. Estas herramientas permiten a las
instituciones autenticar las identidades de los usuarios en forma pasiva, utilizando factores
como la forma en que alguien sostiene, escribe o interactúa con su dispositivo. Estas
medidas mejoran la seguridad sin introducir fricciones, lo que permite una experiencia fluida
del cliente en las transacciones móviles, que se están convirtiendo rápidamente en
dominantes en el sector financiero.
La combinación de estas defensas con la inteligencia colaborativa en tiempo real sobre
beneficiarios fraudulentos incrementa la eficacia de los flujos de trabajo antifraude y es
fundamental para limitar la actividad de las mulas dentro del ecosistema.
Pagos cada vez más seguros
Asegurar el proceso de pagos es fundamental para la mitigación del fraude. Dado que se
espera que el volumen global de pagos instantáneos alcance los 58 billones de dólares en
2028, las instituciones financieras están sometidas a una presión cada vez mayor para
defender los sistemas de pagos en tiempo real contra el fraude.
Las organizaciones que adoptan una amplia gama de soluciones contra el fraude
experimentan una reducción de hasta el 18.5% en las pérdidas por fraude, según el Informe
sobre el Estado Global del Fraude y la Identidad de LexisNexis® Risk Solutions. Mediante la
superposición de inteligencia de amenazas, estrategias de autenticación alternativas y
análisis transaccionales en profundidad, estas instituciones pueden lograr pagos más
seguros y más rápidos.
La capacidad de una IF para competir depende en gran medida de su habilidad en la lucha
contra el fraude, de que se adapte rápidamente a los riesgos emergentes y de proporcionar
una experiencia de usuario cómoda y con baja fricción. Las instituciones financieras pueden
integrar tecnología avanzada con marcos de colaboración para contrarrestar las redes de
fraude que son cada vez más ingeniosas. El seguimiento del fraude en tiempo real en las
etapas de entrada y salida del ciclo de vida de las transacciones seguirá siendo esencial.
Además, el sector debe trabajar hacia estándares regulatorios más claros más allá de las
fronteras. El fraude es un problema mundial y la falta de cooperación transfronteriza limita la
eficacia incluso de los sistemas locales más sólidos. La armonización de los marcos
internacionales será fundamental para hacer frente a la naturaleza interconectada del fraude
financiero.
El camino a seguir no está exento de desafíos, pero hay oportunidades no solo para mitigar
los riesgos, sino también para impulsar la innovación. Un sector financiero que incorpore la
colaboración, aproveche la tecnología avanzada e invierta en la educación del consumidor
puede transformar la prevención del fraude en una ventaja competitiva, salvaguardando
tanto a las empresas como a los consumidores a los que sirve.