Innovación, talento y sostenibilidad: la transformación del agronegocio latino en 2025

Escrito por on 15/01/2025

*Fabrício Orrigo, director de productos para Agro de TOTVS.
El año 2024 estuvo marcado por grandes desafíos en la agroindustria latinoamericana. El
sector sigue siendo uno de los pilares de la economía regional, representando una parte
importante del PIB. Sin embargo, este año el sector necesitaba mostrar, una vez más,
mucha resiliencia, ya que enfrentó desafíos climáticos intensos y extremos, con
inundaciones en algunas regiones, sequías en otras, además de los incendios que afectan
gravemente la productividad del campo.
Este contexto refuerza aún más la importancia de invertir en tecnología para minimizar los
impactos negativos tanto como sea posible y, al mismo tiempo, mejorar la eficiencia en la
agricultura. El futuro pasa necesariamente por la aplicación y buen uso de soluciones
avanzadas.
IA Predictiva
La inteligencia artificial sigue estando en la agenda de la agroindustria, con intensos debates
sobre su potencial, que aún no ha sido plenamente explorado. Para 2025, el uso de la IA
será cada vez mayor para el análisis de datos y también en el sesgo predictivo, para la
planificación estratégica, aprovechando su capacidad para predecir patrones climáticos,
optimizar cosechas y gestionar recursos. Un punto que vale la pena destacar, es que el uso
de la IA combinado con la gestión data-driven, es decir, basada en datos, aumenta aún más
la competitividad empresarial. La ganancia en eficiencia operativa es notable.
Cambios e impactos climáticos
Los efectos climáticos que vimos y sentimos en 2024, y que impactaron significativamente a
toda la agroindustria, refuerzan la importancia de invertir en tecnologías para monitorear,
pronosticar y obtener información sobre el clima. Paralelamente, muestran la necesidad de
invertir en el avance de la biotecnología. Si bien los equipos y sistemas avanzados pueden
ayudar a predecir condiciones adversas, la modificación genética de semillas puede
aumentar la resiliencia de los cultivos. Adaptarse a estos cambios es vital para garantizar la
seguridad alimentaria y la continuidad de las operaciones agrícolas, aunque los cambios
genéticos en las semillas son procesos lentos de desarrollo y mejora.
Vale la pena enfatizar que las inversiones más tradicionales en tecnología también son
esenciales para combatir los impactos del cambio climático. Un ERP dedicado promueve una
gestión empresarial más inteligente y eficiente, con datos que también ayudan a minimizar
los efectos de eventos extremos.
ESG y Sustentabilidad
La necesidad de adoptar prácticas sostenibles sigue creciendo y la inversión en la agenda
ESG (Environmental, Social and Governance) en la agricultura hoy es imperativa.
Herramientas de trazabilidad, certificación y compensación de carbono en toda la cadena
son fundamentales para satisfacer las demandas actuales y futuras del mercado, así como
de los consumidores conscientes que exigen esta responsabilidad.
A pesar del intenso debate, todavía hay algunas dificultades para los productores con
relación a cómo avanzar en esta agenda, pero el uso de plataformas y herramientas

digitales ayuda a simplificar el proceso y agregar valor a los productos en el mercado
externo. Ya no podemos esperar para actuar.
Integración de sistemas
Puedo decir con seguridad que el avance tecnológico en este campo en las últimas décadas
es claro, pero todavía hay un desafío muy común: la integración de sistemas. Los
productores invierten en diferentes herramientas que a menudo no están configuradas para
comunicarse entre sí pero que, cuando están bien integradas, son una parte clave para
mejorar el rendimiento y la productividad de la operación. Las soluciones integradas
permiten una visión holística de toda la cadena productiva, facilitando la toma de decisiones
eficiente, basada en información de calidad en tiempo real.
IoT, sensores y drones
El Internet de las cosas (IoT), junto con sensores y drones avanzados, promete transformar
la forma en que se recopilan y utilizan los datos en el campo. Es cierto que los grandes
productores todavía tienen mayor capacidad de adhesión, pero estas tecnologías son cada
vez más accesibles y potentes para el futuro del sector, ya que permiten un seguimiento en
tiempo real, permitiendo una gestión más precisa de los recursos y una mayor
productividad.
Necesidad de mano de obra especializada
Incluso con tantos avances en la digitalización, un componente no puede quedar fuera de la
ecuación: las personas. De nada sirve invertir en soluciones si nadie sabe cómo operarlas y
aprovechar su potencial al máximo. Con la evolución de las herramientas tecnológicas, crece
junto a ella la demanda de profesionales capaces de interpretar los datos recopilados y
utilizar software especializado. Un desafío para este 2025 sigue siendo dar soluciones a la
escasez de mano de obra calificada en tecnología aplicada al campo. Para reducir esta
brecha, es interesante que los productores inviertan en capacitar a sus equipos actuales y a
la próxima generación de trabajadores de la agroindustria.
En 2025, seguiremos atentos a la importancia de la innovación continua y la adaptación a
los cambios climáticos y de mercado. Todo esto, en medio de un escenario incierto y lleno
de desafíos y oportunidades, como cada nuevo año. Pero con inversiones estratégicas y un
enfoque en la sostenibilidad empresarial a largo plazo, el sector puede seguir prosperando y
seguir apoyando la economía nacional.


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