Para nota del Día mundial de la alegría
Escrito por Jose de Jesus Prieto on 27/07/2023
Apoyó la egresada María Paula Aguilera, psicóloga, especialista en psicología
clínica y autoeficacia personal de la Universidad El Bosque.
La alegría es una emoción fundamental que puede tener un impacto poderoso en
nuestra vida cotidiana y, en particular, en nuestra capacidad para enfrentar y
superar los problemas. A menudo, cuando nos encontramos frente a situaciones
difíciles, tendemos a centrarnos en los aspectos negativos y nos dejamos llevar
por el estrés, la ansiedad y la tristeza. Sin embargo, cultivar la alegría puede
proporcionarnos una perspectiva más equilibrada y constructiva, además de
numerosos beneficios para nuestra salud física y mental.
Nos permite experimentar un estado de bienestar emocional y una sensación de
plenitud. Cuando estamos alegres, nuestra mente y nuestro cuerpo se sienten
revitalizados, lo que nos da la energía necesaria para hacer frente a los desafíos
que se nos presentan. La alegría actúa como una fuerza motivadora que nos
impulsa a seguir adelante y a encontrar soluciones en lugar de quedarnos
estancados en la negatividad.
En primer lugar, actividades que generen esta emoción puede llegar a ser
beneficiosa en el manejo de sensaciones de estrés y la ansiedad. Cuando
estamos alegres, nuestro cuerpo libera endorfinas y serotonina, sustancias
químicas que mejoran nuestro estado de ánimo y reducen los niveles de cortisol,
la hormona del estrés. Esto no solo nos ayuda a sentirnos más felices en el
momento presente, sino que también fortalece nuestro sistema inmunológico y nos
hace más resistentes a los efectos negativos del estrés crónico en nuestra salud.
Además, el hecho de experimentar alegría de forma regular nos ayuda a
desarrollar una mayor resiliencia frente a las adversidades, lo que nos permite
enfrentar los problemas con una actitud más positiva y proactiva.
Al realizar prácticas de bienestar y que produzcan alegría comienza a tener un
impacto significativo en nuestra salud mental. Cuando estamos sumidos en la
tristeza o el pesimismo, nuestra capacidad de razonar y resolver problemas se ve
limitada. Por el contrario, cuando nos sentimos alegres, somos más creativos,
flexibles y capaces de encontrar soluciones innovadoras. La alegría nos brinda
una perspectiva más amplia y nos ayuda a ver más allá de las dificultades, lo que
facilita el proceso de encontrar respuestas y superar obstáculos. Además, la
alegría nos permite cultivar una actitud de gratitud y apreciación por las cosas
positivas que nos rodean, lo que aumenta nuestra sensación de bienestar y
satisfacción con la vida.
Además, la alegría tiene una función biológica la cual es promover relaciones
sociales más positivas y satisfactorias. Cuando estamos alegres, transmitimos una
energía positiva a las personas que nos rodean, lo que crea un ambiente propicio
para la conexión y el apoyo mutuo. Las relaciones sólidas y saludables son un
factor clave para el bienestar emocional y pueden brindarnos un importante
sistema de apoyo durante los momentos difíciles. La alegría nos ayuda a fortalecer
y nutrir nuestras relaciones, lo que a su vez contribuye a nuestra salud mental y
emocional. Además, el compartir momentos de alegría con otros fortalece los
vínculos y nos proporciona un sentido de pertenencia y conexión con los demás.
A nivel físico, la alegría también puede tener un impacto significativo. Numerosos
estudios han demostrado que la risa y la alegría estimulan el sistema
cardiovascular, mejoran la función pulmonar, fortalecen el sistema inmunológico y
reducen la presión arterial. La alegría puede incluso aliviar el dolor, ya que la risa
libera endorfinas, que actúan como analgésicos naturales. Por lo tanto, cultivar la
alegría no solo tiene beneficios para nuestra salud mental, sino que también
puede mejorar nuestra salud física y aumentar nuestra capacidad para hacer
frente a los desafíos de manera más efectiva.