Las consecuencias emocionales y corpóreas del estrés académico en estudiantes universitarios

Escrito por on 30/05/2023

 

El suicidio es un problema de salud pública a nivel
mundial, la organización panamericana de la salud (OPS) reporta que cada
año 703.000 personas pierden la vida a causa del suicidio, así mismos
reportes a nivel Colombia evidencian para el año 2021 fueron reportados
29792 casos de intentos de suicidio cuya tasa de incidencia es del 58,4 por
cada 100.000 habitantes, casos registrados en su mayoría en población
adolescente, adultos mayores o adultos con trastornos afectivos, (SISPRO,
Observatorio de Salud Mental y SIVIGILA, 2021).
Estos reportes nacionales e internacionales han evidenciado el incremento
de conductas autolesivas asociadas a la potenciación del riesgo suicida de los
jóvenes universitarios, debido a la pérdida de la esperanza, a la disminución
de contactos directos presenciales con pares jóvenes y adolescentes, el
incremento de consumo de drogas de alta disponibilidad, sumadas a
problemas económicos que ya existían y que fueron potenciados ante la
pandemia. Así mismo, el aumento de personas que reportan síntomas de
depresión y ansiedad esta alrededor de un 44,7%, en menores de edad
evidencian inicios de problemas de salud mental e ideación suicida en el 6.6%
de la población adolescente y en el 2021 fueron reportados 2595 casos de

intentos de suicidio que para el 2022 llegaron a ser 2664 (Ministerio de Salud
y Protección Social, 2023).
Las facultades de ciencias humanas y sociales y educación de la Universidad
Cooperativa de Colombia han desarrollado dos investigaciones: Salud mental
en estudiantes universitarios y Medición del Nivel de Estrés de los
Estudiantes de Pregrado y Posgrado en la UCC, con el fin de tener un
panorama más amplio acerca de esta situación y contar con instrumentos
aterrizados a la realidad nacional para crear propuestas concretas.
“Debemos recordar que no se debe olvidar que aún se conservan habilidades
personales de salud mental positiva en los estudiantes, que serán el punto de
partida en la creación de programas promotores del bienestar y la salud
mental en este grupo poblacional. Para ello, es necesario realizar actividades
y formación con el fin de fortalecer los hábitos saludables de autocuidado y
protección a otros”, afirma la docente Constanza Londoño Pérez del
programa de psicología de la U. Cooperativa, sede Bogotá.
A continuación, la experta menciona las consecuencias emocionales y
corporales del estrés académico que con más frecuencia se presentan en los
estudiantes universitarios:
1. Ansiedad y depresión: La presión de cumplir con las expectativas
académicas, las demandas de estudiar para exámenes, completar
proyectos y cumplir con los plazos pueden generar una gran carga
emocional, lo que puede resultar en síntomas de ansiedad y depresión.
2. Problemas de sueño: La preocupación constante por el rendimiento
académico y las largas horas de estudio pueden causar insomnio,
dificultad para conciliar el sueño, despertarse durante la noche y tener
un sueño no reparador, lo que puede afectar la calidad del descanso y
el bienestar general.
3. Síntomas físicos: El estrés académico se puede manifestar en síntomas
físicos como dolores de cabeza, dolores musculares, problemas
gastrointestinales, fatiga y disminución del sistema inmunológico.
4. Cambios en el apetito: Los estudiantes pueden manifestar la pérdida
de apetito o una alimentación poco saludable, que conllevan a
problemas de nutrición y problemas relacionados con el peso.

5. Cambios de humor: los estudiantes pueden experimentar irritabilidad,
cambios repentinos de humor, cambios en la concentración y la
motivación, y sentirse abrumados emocionalmente.
6. Aislamiento social: La presión y las demandas académicas pueden
hacer que los estudiantes se retiren de las actividades sociales y las
relaciones interpersonales, lo que puede tener un impacto negativo en
su bienestar emocional y social.
7. Agotamiento y disminución del rendimiento académico: Los jóvenes
universitarios pueden sentirse abrumados y experimentar una
disminución en su capacidad para concentrarse, retener información y
rendir en exámenes y tareas.
Como parte de los resultados que se obtengan de las investigaciones
mencionadas, se espera que tanto las Facultades de ciencias Humanas
como la Facultad de educación de la UCC generen propuestas para
impactar positivamente a los estudiantes de la institución a través de
programas de intervención que respondan a las necesidades derivadas
de este diagnóstico, coinciden Elizabeth López Pita docente
investigadora del programa de Psicología y la decana de la Facultad de
educación, Angélica Moya.


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